dimarts, 8 de desembre del 2015

Peer Assessment

Todos sabemos que los trabajos en grupo pueden ser en algunos casos una odisea. La base en la que se sustentan los trabajos grupales se fundamenta en que gracias a ellos se desarrolla la cooperación, coordinación, capacidad de gestión y responsabilidad de los alumnos.

Saber trabajar en equipo es un aspecto clave para la vida diaria de las personas, pero, a la hora de evaluar esta capacidad, es inevitable cometer algún tipo de injusticia. Generalmente, la nota es la misma para todos los integrantes del equipo, hayan trabajado unos más que otros.


Los trabajos grupales pueden ser más exitosos cuando los estudiantes forman parte en el desarrollo del proceso de evaluación. Los alumnos, por tanto, establecen sus propios criterios de evaluación (tutorizados por el profesor) y valoran a los miembros de su equipo, siendo esta valoración un tanto por cien de la nota final del trabajo. Esto es lo que se denomina Peer assessment y que en otros países ya es muy utilizado.



¿Consideráis que puede ser un buen método de evaluación? ¿Cómo se utilizaría en la clase de Educación Física? ¿Podría representar, además, un tanto por cien de la nota individual que estableciese el profesor de cada alumno? Es decir, de la nota que apareciese en el boletín oficial, un tanto por cien sería la calificación que le hubiesen puesto los compañeros de clase ¿Podría dar esto último lugar a algún tipo de injusticia?

36 comentaris:

  1. El Peer Assessment como método de enseñanza aprendizaje presenta numerosas resulta mucho más completo que el clásico método de trabajo en grupo.

    Este nuevo método incorpora una coevaluación intergrupal, para así evitar las típicas disputas o sensaciones negativas que muchas veces nos provoca la evaluación de los trabajos en grupo. A nadie nos gusta obtener la misma nota que otra persona del grupo que consideramos se ha esforzado menos, por lo que el Peer Assessment supliría esta carencia o laguna evaluativa, buscando así una mayor justicia y evaluación eficaz de los componentes del grupo.

    La coevaluación intergrupal proporciona varias ventajas. En primer lugar hace a los alumnos partícipes de su propia evaluación y la de sus compañeros. A los alumnos siempre les motiva colaborar en la evaluación de sus compañeros ya que adquieren importancia en el proceso de aprendizaje grupal. Además suprime la generalización de la nota grupal a una sola. Evidentemente no todo el mundo se esfuerza igual, por lo que una misma nota para todos no sería la opción más justa. Por último favorecerá el trabajo y esfuerzo de todos los integrantes del grupo, ya que en el caso de la nota común muchos de los componentes del grupo se relajaban y esforzaban menos que los demás porque contaban con que el esfuerzo de sus compañeros les ayudaría a obtener una mejor nota.

    Sin embargo, en mi opinión hay ciertos problemas adscritos a este método como por ejemplo: Si los alumnos se coevalúan, ¿Cómo evitamos que se pongan mejor nota de la merecida cuando existe amistad entre los miembros de un mismo equipo? O por el contrario, ¿Cómo evitamos que la nota que deciden ponerse sea medida con criterios objetivos? Quizás la elaboración de una rubrica de coevaluación no sea necesaria y este tipo de métodos solo puedan ser utilizados en los últimos cursos de la ESO cundo el nivel madurativo del alumno es elevado.

    Creo que el método describe una muy buena idea como forma de evaluación motivante y alternativa, pero será fundamental controlar dicha evaluación para su correcto uso y aplicación.

    Freia Belda

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  2. L'autor ha eliminat aquest comentari.

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  3. Está claro que en los trabajos grupales es muy fácil escaquearse y no hacer nada sobre todo si sabemos que estamos en un buen grupo, es decir, que en el grupo hay gente con mayor interés hacia al trabajo que el que no quiere hacer nada. Si todos los integrantes del grupo son de la filosofía de no hacer nada se les complica el asunto.
    El Peer Assessment es un método interesante que a simple vista parece sencillo y muy útil pero se complica cuando el alumnado no es noble y sincero y evaluamos a un compañero según quién es y no según cómo trabaja; y desgraciadamente en nuestra sociedad somos así, sobre todo cuando somos niños. Pondríamos buena nota a nuestros amigos y mala nota al que peor me caiga del grupo, cosa que no sería justa. Quizás este método para jóvenes un poco más maduros (Bachillerato, Universidad…) sería más efectivo.
    Personalmente pienso que los trabajos de grupo como mejor se evalúan es viendo como lo defiendes delante de la clase. El profesor mediante una defensa oral del trabajo puede saber a la perfección quien es el que domina el tema y quien es el que ha pasado olímpicamente del trabajo. Al tener que exponerlo delante de gente parece que te lo tomas más enserio para no quedar en ridículo.
    De todas formas, no estaría de más empezar a trabajar de esta manera para ir concienciando a los alumnos y hacerles pensar de otra manera, hacerles ser sinceros y valorar el esfuerzo, aunque como he comentado antes lo veo difícil que se evalúe de forma justa en este tipo de evaluaciones.

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  4. En mi opinión sí que considero que sea un buen método de evaluación complementario. Ya que la participación en evaluaciones por compañeros proporciona una experiencia educativa que contribuye a la notable mejora de los procesos y productos de los aprendizajes. Además Se convierte en un incentivo para mejorar el trabajo grupal y el propio esfuerzo. La implicación de los compañeros se incrementa cuando el profesor comparte con los alumnos la responsabilidad de evaluar.

    En la clase de Educación Física se podría utilizar por ejemplo cuando se utilice el modelo deliberativo en el que se trabaje por grupos. Se valoraría positívamente la iniciativa del alumno y espíritu emprendedor y por lo tanto, todos los miembros del grupo tienen una vivencia directa con la colaboración de todos los miembros del grupo. Estoy de acuerdo en que podría representar un tanto por cien de la nota individual que estableciese el profesor de cada alumno y por lo tanto estimularía el pensamiento y el aprendizaje profundo y crítico a la hora de evaluar.

    Algún tipo de injusticia que podría ocurrir sería de tipo conceptual. Es decir, que hubiera algún tipo de desequilibrio y diferencia entre la evaluación realizada por el tutor, que suele centrarse más en la calidad académica del trabajo realizado, y la de los estudiantes que se centran y valoran el esfuerzo realizado para efectuar el trabajo.

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  5. Como cualquier idea que aparece o que se quiere aplicar en Educación, el Peer Assessment tiene sus pros y sus contras. Mis compañeros ya han hablado de ellos y es verdad que como bien dicen, y cómo podemos leer en los artículos, este tipo de evaluación, aunque más bien estamos hablando de calificación, puede llevar a que realmente no se obtengan resultados fiables por diversos factores ya nombrados. Para poder realizar correctamente la calificación mediante este método, como se puede leer en el segundo artículo, primero hay que educar a los alumnos practicando esta metodología, creando debates y mejorando la confianza y la sinceridad en la clase; no podemos directamente introducirlo y que califiquen a sus compañeros, porque entonces el resultado que obtendremos no será el que querríamos tener.

    Por otra parte, nos estamos centrando en todo momento en la calificación de los alumnos cuando trabajan en grupos, y realmente es una tarea interesante, porque como bien se ha hablado, acabamos calificando a todos los alumnos por igual; pero como bien se lee en los artículos y cómo podemos ver en el video final, que clarifica bastante en que consiste el Peer Assessment, no se habla en exclusiva de la calificación de los alumnos, sino más bien de la evaluación de los alumnos entre ellos, la coevaluación intergrupal de la que habla nuestra compañera. Evaluar no es calificar, aunque eso ya lo sabemos, pero a veces se nos olvida (yo me incluyo), y una evaluación como la que se nos plantea, proporciona beneficios en los alumnos, ya que les ayuda a ver sus puntos débiles y a mejorarlos con la ayuda de los compañeros, pueden ver sus puntos fuertes y ayudar a sus compañeros a mejorar en esos aspectos, les hace ser partícipes de su aprendizaje y del aprendizaje de sus compañeros, generando responsabilidad y autonomía en ellos. Además, los niños que aparecen en el video no se encontrarían en los últimos cursos de la ESO ni en Bachillerato aquí en España, así que, como he dicho al principio, solo es cuestión de educar y practicar con este método, y podría funcionar en todos los cursos de Secundaria.

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  6. Por último, me gustaría hablar de la pregunta que deja Bea en el post sobre cómo podríamos aplicar esta evaluación entre compañeros en la educación física. En mi opinión, pienso que durante todo el master estamos realizando este tipo de evaluación y queda muy patente en las clases prácticas que hacemos cuando realizamos el rol de profesores y al finalizar, unos compañeros con una rúbrica preparada y posteriormente el resto de la clase, dan un feedback y con ello conseguimos ver los errores y los aciertos tanto de la sesión como de la actitud nuestra en el rol de profesor. Por su lado, si nos centramos en Secundaria, este tipo de evaluación nos serviría para poder mejorar muchos errores que suceden durante la práctica de algunos gestos técnicos, por ejemplo, y que un profesor solo tiene dificultades para corregir a toda la clase. Si los alumnos se ayudan entre ellos para mejorar y consolidar lo que estamos tratando de aprender en esos momentos, será mejor para toda la clase (Johnson, R. 2004) (2). Además, como aparece en este artículo y ya he realizado en alguna clase durante el grado, la coevaluación en educación física puede llevarse a cabo mediante una hoja de rúbrica en la que se le deje claro al alumnado cómo se debe realizar la tarea o acción, mediante una secuencia con fotografías o dibujos si es necesario, para así facilitar el feedback entre los alumnos. En el artículo, también aparecen los beneficios que tiene el realizar este tipo de evaluación. Para finalizar, y acabando un poco por donde empecé, si queremos centrarnos en la calificación entre alumnos en las clases de educación física, bastaría con dejar claros los puntos a evaluar en la actividad grupal que se está tratando para que luego califiquen individualmente a sus compañeros según esos puntos. Por ejemplo, en una actividad de expresión corporal en la que haya que realizar una coreografía grupal, podríamos calificar la aportación de ideas al grupo de cada alumno, el respeto hacia los compañeros, la implicación en la realización de la coreografía, etc.

    http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/08924562.2014.960121

    (2) Randall Johnson (2004) Peer Assessments in Physical Education, Journal of Physical Education, Recreation & Dance, 75:8, 33-40, DOI: 10.1080/07303084.2004.10607287

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  7. Debo reconocer que no había escuchado ni leído a cerca de este método de evaluación, y que me parece muy interesante. Actualmente, en la gran mayoría de asignaturas, tanto del instituto como de la universidad, nos mandan trabajos grupales, para los que deberemos de formar un grupo de trabajo con los compañeros de clase y trabajar para alcanzar el objetivo establecido por el profesor. En muchas ocasiones, y hablo con conocimiento de causa, este momento puede resultar un tanto incómodo por la elección de los compañeros. Lo normal, es juntarse por grupos de “amigos”, sin tener en cuenta la capacidad y el esfuerzo que se le supone a cada uno de los componentes. El motivo por el que hacemos esto es básicamente la relación que une a los compañeros, aunque sepamos desde un principio que la tarea siempre la realizarán los mismos, y que el mérito será repartido por igual.
    Considero que el método puede ser muy válido, ya que dentro de los grupos, todos sabemos quién trabaja de verdad y quien no, y que a través de este, la puntuación personal se verá recompensada.
    Por lo que respecta a las clases de Educación Física, creo que se puede utilizar de igual forma que en las demás, ya que a menudo también nos pueden encargar algún trabajo escrito por grupos. En cuanto a las sesiones prácticas en las que los alumnos tengan tiempo para trabajar en grupo y de manera autónoma, pueden ponerle una puntuación al trabajo de los compañeros del mismo modo que lo harían en un trabajo escrito.
    Por último, yo pienso que si podría representar un porcentaje de la nota de la asignatura, ya que los compañeros, sabiendo lo que supone deberían de ser honestos con las calificaciones, y darles una mayor nota a quien realmente se la ha ganado durante las clases. Pero bien es cierto que como se nos pregunta en la última parte, podría suponer alguna injusticia, y aquí es donde entran las relaciones que hayan entre compañeros de clase, es decir, si mi “amigo” no trabaja, puede que le ponga una nota alta solo por la relación que nos une, y que sin embargo, a una persona con la que nos llevemos no tan bien y que sí que trabaje, la pongamos una valoración no tan positiva por ese pensamiento que tenemos de ella. Pese a que esto puede suponer un pequeño problema, creo que todos los profesores conocen a sus alumnos, y que siempre se sabe quién trabaja más y quien menos, por lo que si revisara las notas al final de la evaluación y se observara alguna que no se corresponde con lo que el crea, podría llamar a los implicados para que traten de justificar su evaluación. De este modo, puede que se plantearan la valoración de sus compañeros con mayor sinceridad.

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  8. Lo veo como una buena manera de dotar de mayor responsabilidad al alumnado. Cierto es que nos vemos expuestos a los prejuicios, y por tanto una evaluación poco objetiva. En mi opinión ocurre como en las páginas en que se le pone nota a una película, o un juego. Siempre hay una porción de la gente que vota en base a los prejuicios, por lo que habrá alguien que le ponga un 0 a un film que objetivamente no lo merece. Y viceversa, un 10 a una película que no es tan buena. Esto ocurre cuando nos dejamos llevar por nuestras emociones, y dejamos de pensar racionalmente. Pero existen métodos para solucionar este problema, como el de eliminar los percentiles más extremos de la estadística, y quedarnos con las notas de nivel más intermedio.

    En general, yo tomaría el riesgo de los prejuicios. Pienso que al final la clase sale ganando, incluso cuando algo no funciona, ya que ello puede dar pie a descubrir un problema y tratar de solucionarlo. Como por ejemplo el caso de algún alumno o alumna que haya recibido muchas notas bajas por parte de sus compañeros y compañeras por razones poco aparentes. Esto podría deberse a que esta persona sufre un rechazo de un sector de la clase por su manera de ser, o de comportarse, y que de otra manera no se hubiese podido detectar el problema.

    Siempre estoy a favor de dotar de más responsabilidades al alumnado, siempre y cuando estas sean alcanzables, y las podamos controlar desde un punto externo por si hubiese algún problema. Esta no es una excepción. Como han dicho algunos de mis compañeros, una buena manera de introducir este sistema en la asignatura de educación física, sería implementándola en el modelo deliberativo, haciendo reflexionar al alumnado a cerca del esfuerzo, motivación, comportamiento... de nuestros compañeros.

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    1. Dir que estic molt d'acord amb tot el que diu el meu company Lucas. M'ha paregut molt rellevant allò que diu que aquest mètode del Peer Assessment pot inclús donar a conèixer al professor casos de rebuig social a algun alumne.

      La meua opinió coincideix amb la d’ell, pense que pot resultar molt positiu aplicar aquest mètode perquè dóna molta importància a la socialització i al grau d’implicació de l’alumnat. Amb ell, els xiquets es senten més protagonistes i importants, amb la qual cosa puja la seva autoestima i es noten més valorats. Per tant, si es du a terme de forma correcta com han dit els meus companys, pot resultar molt beneficiós. No obstant això, en aquest comentari no em centraré en analitzar els pros i els contres que puga tindre aquest mètode.

      A continuació, parlaré d’un estil d’ensenyança de l’Educació Física que podria ser equivalent o treballar-se conjuntament amb aquest mètode i que ben bé pot portar-se a terme a les sessions pràctiques:

      Dins de l’espectre de les formes coavaluatives, trobem l’estil d’ensenyança recíproca (Mosston, M. i Ashworth, S., 1993). En aquest apareix la figura de l’observador – alumne – que és qui donarà el feedback. Per dur a terme aquest estil, el professor dissenya una fitxa d’observació on es troben els criteris clau en què s’ha de fixar l’observador mentre el company executa la tasca motriu. També en aquesta fitxa ha de constar l’explicació de com es fa correctament l’exercici. Posteriorment, s’haurà d’assenyalar el nivell de consecució de cadascun dels criteris, és a dir, en quina mesura s’aconsegueix, mitjançant una escala numèrica o fulls de rúbriques. Però una de les coses més importants que ha de tenir la fitxa, és el protocol a seguir. Cal que tots els aspecte a executar queden clars (distància, repeticions, quants criteris a mesurar cada vegada, etc.).

      Respecte a açò (Mosston, M. i Ashworth, S., 1993) diuen que no és bo posar molts criteris ja que sinó l’alumne no pot estar pendent de tots durant l’execució del company i que tampoc és recomanable utilitzar aquest estil per a habilitats molt noves. En canvi, sí que pot resultar molt beneficiós per a tasques en les quals ja s’està més familiaritzats. Es sol utilitzar per a l’aprenentatge d’habilitats tècniques, com per exemple els llançaments d’atletisme, les tretes, per a corregir els problemes de col•locació que sorgeixen en cada fase del gest, etc.

      En conclusió dir que aquest estil pot potenciar el desenvolupament social i emocional, ja que en ell es poden treballar qüestions com l’honradesa i l’empatia.

      Mosston, M. i Ashworth, S. (1993). La enseñanza de la educación física: la reforma de los estilos de enseñanza. Barcelona: Hispano Europea.

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  9. Los trabajos en grupo me parece que son un gran recurso y además son de gran ayuda para fomentar la cooperación y colaboración entre los alumnos. A su vez se reparten responsabilidades dentro de un mismo grupo. Aunque, muchas veces dentro de os grupos de trabajo hay unos que trabajan más que otros, o se crean problemas entre ellos en cuanto a la toma de decisiones, estos problemas están bien presentes en casi todos los grupos de trabajo y más cuando se trata de alumnos de Secundaria que aún no están acostumbrados a este tipo de agrupaciones para hacer tareas.

    La metodología del Peer assessment, me parece que es bastante innovadora y favorecería el incremento de responsabilidades dentro del grupo de trabajo, ya que el alumno tendría presente que son sus compañeros los que le evaluarán y creo que se esforzaría más por participar en el trabajo, al igual que el resto de compañeros tendrían en cuenta las opiniones de todos para llegar a un consenso y poder realizar un buen trabajo.

    Aunque, el único problema que veo es que al evaluar los compañeros, en estas edades si hay alguno que les cae mal, puede que la nota no sea la que merece. Creo que este hecho podría dar bastantes injusticias, ya que los alumnos a estas edades no son criticos, por lo que creo que el maestro debería estar muy pendiente de los avances que van haciendo sus alumnos en los trabajos.

    Además, el año pasado en las prácticas una maestra puso en práctica una metodología similar. La maestra entregó a cada grupo de trabajo una ficha en la que cada uno tenía que poner el rol que desempeñaba dentro del grupo, tras tener claras todas las indicaciones de cómo se trabaja dentro del grupo y cada rol la función que tenía, se ponían a debatir sobre el tema e iban aportando ideas. El que tenía el rol de secretario iba apuntando todas las ideas y quien las había dicho. Al final, debatían con que ideas se quedarían para ponerlas en el trabajo, mientras tanto la maestra iba anotándose como se iba desarrollando el grupo y las conductas que iban surgiendo. Creo que es una buena metodología, ya que el trabajo lo desarrollan en clase y tanto los alumnos como la maestra son participes totales de la evaluación final.

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  10. Considero que es muy buen post y quiero destacar algunas cosas con las que no estoy de acuerdo:

    Un trabajo grupal no tiene para nada que ver con que se fundamente o que gracias a este tipo de trabajos, se desarrolle la cooperación.
    Creo que no hay que confundir el trabajo de grupo, que se puede entender como una unión de las partes de forma cohesionada, con el trabajo cooperativo, en donde todos los miembros del grupo conocen de forma experta su parte y además conocen y saben manejarse y defenderse en la parte de los otros componentes. Es más bien una técnica que ya conocemos como el puzzle de Aroncson.

    Trata de que cada alumno aporte su grano de arena para que el trabajo sea mucho más enriquecedor y nos aporte resultados beneficiosos y que el aprendizaje sea significativo, es decir, saber lo que estamos aprendiendo en cada momento. Eso creo yo que es lo que se debería entender por un trabajo cooperativo, la suma y unión de las ideas de todos y llegar a un acuerdo y un consenso mediante diálogo entre ellos, debates, etc. Y no una unión de las partes y al componente que le toque juntarlo, darle formato y coherencia.

    Esto por una parte.

    Por otra parte, comentar que el tema de la nota de forma grupal, desde mi punto de vista creo que yo lo haría igual, es más, yo lo haría así porque considero que es de la mejor forma que se puede hacer. Otra cosa es que sea justo e injusto.

    Que sea justo e injusto creo que dependerá tan solo de los alumnos y de la implicación que tengan. Creo que estas cosas son las que puede permitir hacerlos mejorar en el aspecto organizativo, y en aprender a gestionar y resolver conflictos dentro de un pequeño o gran grupo.

    Estas habilidades con el paso de la práctica y de la experiencia se deben de ir asimilando y mejorando para paliar estos problemas que siempre surgen.

    Algo tan subjetivo, a mi manera de verlo, un profesor que considere que el trabajo es de un 9, no puede poner a uno un 9 y a otro un 7 porque no se ha implicado o ´´su parte está más floja´´, esos aspectos es cosa de todos, cosa del grupo. De ahí el trabajo cooperativo.

    Por último, comentar que considero imprescindible que el alumno parta como punto de partida del desarrollo del proceso de evaluación.

    ¿Cómo se podría inculcar?

    Durante mi estancia en 4 años de carrera, he tenido alguna que otra asignatura en el que he tenido que realizar yo mi propia evaluación. He hecho una autoevaluación.

    Hay diferentes maneras de hacerla.

    Yo opto por ´´un contrato´´ hablado, pactado y firmado desde el primer día de clase. Bien un contrato pactado entre todos los alumnos y que haya un acuerdo total o bien un contrato individualizado de cada uno de ellos en donde se comprometan a un número determinado de cosas (es cierto que el individualizado es más complejo de ver y analizar por parte del profesor).

    En el contrato estipulan todo aquello que quieren hacer y a lo que se comprometen a hacer, y llegados al final del todo, gestionar la nota en función de lo que acordaron el primer día de clase.

    Esto yo lo haría de forma individual con el profesor, en el que tenga que justificar cada uno de sus actos, que tenga que justificar su nota en función de los criterios que se puso.

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    1. En primer lloc, benvolgut company Sergio, he de donar-te la raó quan dius que no és el mateix un treball en grup (on cada part pot estar formada de manera independent i després ajuntar-ho tot) que un treball cooperatiu (on tots han de saber de tot i han de construir el coneixement junts). Per eixa banda estic totalment d’acord amb tu, el puzle d’Aronson és un bon mètode per a dur a terme aquest tipus de tasques (com bé has anomenat al post).

      D’altra banda que tots els alumnes hagen de tindre o no la mateixa puntuació crec que és un poc subjectiu.

      Per a començar no estic gens d’acord en que s’haja de posar una nota per a determinar els coneixements que té una persona. Sí que estic d’acord en que la nota siga el compendi de un cúmul de treballs on estiga representat tot l’esforç que ha fet l’alumne així com la seua qualitat a l’hora de fer-lo (qualitat del treball, no de l’alumne).

      Crec, com tu bé dius al post, en una autoavaluació. En el contracte verbal i per escrit del professor amb els alumnes on s’estipulen unes pautes i uns “objectius” per a després donar la recompensa a aquells alumnes que ho porten a terme (no vull que confonem la consecució dels objectius amb un model tècnic, sinó sols unes metes a aconseguir per part dels alumnes, però sempre dins del model deliberatiu).

      Si estiguérem parlant d’un treball per grups, jo pactaria amb els alumnes un contracte i per a assegurar-me de que tots han treballat, faria una entrevista al grup, i de manera individual aniria preguntant per parts del treball, i així assegurar-me que tots saben de tot o almenys s’han interessat per saber un poc de tot.

      Per a concloure aquesta resposta al teu comentari, estimat company, acabaré dient que crec en una autoavaluació per a avaluar (valga la redundància) un treball grupal, havent fixat abans uns paràmetres a aconseguir per part de tots i on siga fonamental el que tots els integrants del grup participen al seu coneixement. Eixa seria una part de la nota (un 50% per exemple) l’altre 50% estaria fonamentat en l’entrevista, on jo formularia preguntes, generals o no, sobre el treball i ells m’haurien de respondre.

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  11. El trabajo en grupo como lo conocíamos hasta la actualidad era un recurso que muchas veces utilizábamos como alumnos dentro de la escuela y ya posteriormente en mayor medida en la universidad. Pero creo realmente, como dicen la mayoría de mis compañeros, que este sistema de trabajo en ocasiones era confuso e injusto en el sentido de que algunos componentes del grupo maquillaban sus mínimas aportaciones y trabajo por detrás de aquellos que más aportaban. Además de ser en muchas ocasiones injusto en las evaluaciones ya que un agente externo al grupo es difícil que sepa medir el grado de implicación de cada miembro del grupo.

    Es cierto que el trabajo en grupo fomenta aspectos como la cooperación, la coordinación, responsabilidad y capacidad de autogestión, pero nosotros como docentes debemos buscar estas actitudes y valores en nuestro alumnado, atendiendo a las relaciones de trabajo que se van estableciendo ante nosotros para evitar que el trabajo en grupo se convierta en la sucesión de mini-trabajos individuales o metodologías como el Puzzle de Aronson, tal y como han compartido compañeros míos anteriormente. Un trabajo en grupo supone que todos los involucrados en la tarea colaboren hacia un mismo fin durante todo el proceso, no que se repartan tareas intermediarias y juntar las piezas a modo de producto final.

    Hay que prestar gran interés en las relaciones sociales y de colaboración que se establecen entre nuestros alumnos y alumnas ya que el trabajo en equipo resultará clave para la vida de las personas, más aún dentro del ámbito de la educación como es nuestro caso. Pero, esta observación e inculcación de valores se debe realizar desde la base, desde la Educación primaria e incluso Infantil. Además, si proponemos esta metodología desde la base de la educación, evitaremos aspectos como los comentados más arriba en los cuales se defiende la idea de evaluaciones injustas hacia compañeros “que nos caen mal” o excesivamente positivas para “nuestros amigos”.

    También, debido a la etapa de transición educativa que he vivido durante la carrera, respecto a los trabajos que siempre se realizaban individualmente y ahora en grupo, evitaríamos casos como los que he podido vivenciar personalmente durante la etapa universitaria en la que personas más mayores que no habían trabajado en grupo se sentían incapaces de realizarlo y preferían separar en tareas individualizadas los trabajos grupales y finalmente pegar las partes del proceso realizado.

    Pero, además de todos estos aspectos, la fuerza de este sistema de trabajo y que termina por diferencias de los trabajos en grupo que teníamos asumidos hasta ahora, es el hecho de que se inculca la autoevaluación entre alumnos y que coja un peso final en la nota del expediente. Este planteamiento conllevará a una mayor participación e involucración en todas las partes del proceso y desembocará en mayor conocimiento y significatividad en nuestros alumnos. El hecho de plantear ellos mismos los criterios y las evaluaciones conllevará a unos alumnos más completos e implicados en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

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  12. El trabajo en grupo como lo conocíamos hasta la actualidad era un recurso que muchas veces utilizábamos como alumnos dentro de la escuela y ya posteriormente en mayor medida en la universidad. Pero creo realmente, como dicen la mayoría de mis compañeros, que este sistema de trabajo en ocasiones era confuso e injusto en el sentido de que algunos componentes del grupo maquillaban sus mínimas aportaciones y trabajo por detrás de aquellos que más aportaban. Además de ser en muchas ocasiones injusto en las evaluaciones ya que un agente externo al grupo es difícil que sepa medir el grado de implicación de cada miembro del grupo.

    Es cierto que el trabajo en grupo fomenta aspectos como la cooperación, la coordinación, responsabilidad y capacidad de autogestión, pero nosotros como docentes debemos buscar estas actitudes y valores en nuestro alumnado, atendiendo a las relaciones de trabajo que se van estableciendo ante nosotros para evitar que el trabajo en grupo se convierta en la sucesión de mini-trabajos individuales o metodologías como el Puzzle de Aronson, tal y como han compartido compañeros míos anteriormente. Un trabajo en grupo supone que todos los involucrados en la tarea colaboren hacia un mismo fin durante todo el proceso, no que se repartan tareas intermediarias y juntar las piezas a modo de producto final.

    Hay que prestar gran interés en las relaciones sociales y de colaboración que se establecen entre nuestros alumnos y alumnas ya que el trabajo en equipo resultará clave para la vida de las personas, más aún dentro del ámbito de la educación como es nuestro caso. Pero, esta observación e inculcación de valores se debe realizar desde la base, desde la Educación primaria e incluso Infantil. Además, si proponemos esta metodología desde la base de la educación, evitaremos aspectos como los comentados más arriba en los cuales se defiende la idea de evaluaciones injustas hacia compañeros “que nos caen mal” o excesivamente positivas para “nuestros amigos”.

    También, debido a la etapa de transición educativa que he vivido durante la carrera, respecto a los trabajos que siempre se realizaban individualmente y ahora en grupo, evitaríamos casos como los que he podido vivenciar personalmente durante la etapa universitaria en la que personas más mayores que no habían trabajado en grupo se sentían incapaces de realizarlo y preferían separar en tareas individualizadas los trabajos grupales y finalmente pegar las partes del proceso realizado.

    Pero, además de todos estos aspectos, la fuerza de este sistema de trabajo y que termina por diferencias de los trabajos en grupo que teníamos asumidos hasta ahora, es el hecho de que se inculca la autoevaluación entre alumnos y que coja un peso final en la nota del expediente. Este planteamiento conllevará a una mayor participación e involucración en todas las partes del proceso y desembocará en mayor conocimiento y significatividad en nuestros alumnos. El hecho de plantear ellos mismos los criterios y las evaluaciones conllevará a unos alumnos más completos e implicados en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

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  13. La utilización de métodos de evaluación de estas características lleva consigo muchos beneficios para los alumnos, pero a la vez también conlleva injusticias que se van a ver plasmadas en las calificaciones y que van a ser difíciles de identificar.
    El hecho de trabajar en grupo supone en los alumnos un esfuerzo por coordinarse y colaborar con el resto de sus compañeros aprendiendo a respetar las ideas e intervenciones de éstos así como aportando propuestas y conocimientos para compartirlos con ellos y crear así un intercambio de información que favorezca el aprendizaje de cada uno de los integrantes del grupo. Esta dinámica de trabajo tiene características educativas muy productivas, y ya no solo a nivel conceptual, sino también a nivel procedimental y actitudinal. El funcionamiento en grupo supone una herramienta de gran valor social ya que fomenta las relaciones entre compañeros y sobretodo el hecho de saber tratar y respetar las diferencias y peculiaridades de cada uno. Pero si bien, es un mecanismo de funcionamiento de gran calidad educativa, también es un arma de doble filo a la hora de realizar la evaluación. ¿Cómo podemos evaluar el trabajo grupal? ¿Evaluamos sólo el resultado final? ¿Cómo podemos garantizar que todos han trabajado por igual? La solución es que ellos mismos, los propios integrantes del grupo realicen su autoevaluación, porque nadie mejor que ellos sabe cómo se h desarrollado la tarea y los conflictos o dificultades que han surgido acerca de los diferentes aspectos (actitud de los componentes, respeto, contenido, funcionamiento, reparto de tareas…) pero ante este planteamiento surge otra pregunta, ¿tienen los alumnos la capacidad de realizar una evaluación justa? A primera vista podemos decir que no. Pero considero que si trabajamos este aspecto de la evaluación con nuestros alumnos, educándolos para ello y estableciendo conjuntamente una serie de criterios, se puede garantizar una evaluación justa y de calidad del trabajo realizado, sin olvidar que el maestro o profesor supervisará y orientará todo este proceso evaluativo para garantizar el funcionamiento.

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  14. En primer lugar definir “Coevaluación”:

    Es una evaluación colectiva. En ella diferentes personas del grupo harán una evaluación del desempeño de cada uno de los integrantes frente al logro de objetivos propuestos destacando aspectos positivos y por mejorar.

    En mi opinión, creo que es un buen método innovador de evaluación con numerosos aspectos positivos, tales como:
    Hace partícipes de su propia evaluación y resto de compañeros, evita tener la misma nota todos los alumnos/as del grupo, por lo que se evita la desigualdad de quien ha trabajado más o menos, etc.

    Por otro lado, también habría algún punto negativo, como por ejemplo la falta de control en cuanto a ser objetivo poniendo notas con compañeros con grandes lazos de amistad.

    En definitiva, este método sería muy significativo para el proceso de E-A de nuestros alumnos en etapas más madurativas en la que puede generar más objetividad y responsabilidad o sino utilizar tutorías para guiar al alumnado a fijar unas normas y criterios y educarlos para realizar este tipo de evaluaciones.
    Personalmente, en una sesión describí un método de evaluación doble, en el que el alumnado se autoevaluaba y después hacia la coevaluación. De esta forma, te evalúas a ti mismo y al grupo.

    - Pablo Alfayate Bullón - Grupo 1 E.F -

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  15. Creo que la clave para que la evaluación mediante peer assessment sea efectiva y justa es que el profesor la aplique cuando la situación es adecuada para ello.

    Es decir, si estamos tratando un contenido en el que la habilidad individual de cada alumno es muy diferente, va a ser muy complicado que entre ellos evalúen el progreso y diferencia desde el inicio de la práctica de la habilidad hasta la ejecución final de ésta (pongamos por ejemplo la evaluación de una acrobacia entre un alumno muy habilidoso y uno que no lo es, los alumnos no son comparables y evaluarse entre ellos va a ser muy difícil).

    Otro aspecto además del contenido a evaluar, es el clima del aula. Si estamos en una clase en la que sabemos que hay un par de niños/as que no están integrados en el resto de la clase, deberíamos ir con cuidado a la hora de hacer los grupos para que la opinión de los alumnos no influya en la evaluación de éstos.

    Y supongo que habrá muchos más factores… No obstante, ante un determinado contenido, en el que los alumnos parten más o menos de la misma situación y junto a un clima positivo del aula, creo que este tipo de evaluación es mucho más enriquecedora que aquella en la que es el profesor el que pone la nota, ya que cuando evalúas al alguien tienes que dominar el contenido para poder decidir sobre él.

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  16. Este método de trabajo me parece una muy buena idea, ya que si no imponemos algunos parámetros a seguir por parte de los integrantes del grupo pasará lo que suele pasar en la mayoría de los grupos de trabajo en alumnos de secundaria, es decir que un par de alumnos hagan casi todo el trabajo y los otros hagan más bien poco. El objetivo que persigue este método es el de desarrollar la cooperación, coordinación, gestión y responsabilidad de los alumnos, por tanto la implicación de cada miembro del grupo es clave para conseguir estos objetivos y debe de haber una evaluación de los componentes del grupo entre sí, para saber si verdaderamente todos se han implicado o trabajado como debían.

    Siguiendo por esta línea, el profesor debería tener muy en cuenta las evaluaciones realizadas por los alumnos de cada componente del grupo y que formaran parte de la nota final del trabajo, ya que esto dotaría de un componente motivacional a los alumnos para hacerlo bien. Es cierto, que se necesitaría una gran sinceridad por parte del alumnado para reflectar en sus avaluaciones una nota que se ajustara a la realidad.

    En cuanto a las sesiones de Educación Física, esta forma de trabajo sería de gran ayuda para el profesor a la hora de evaluar las sesiones propuestas por los grupos de alumnos correspondientes. Serviría para ver cómo y porqué han trabajado de un modo u otro, y que estrategias han utilizado para llevar a cabo la sesión. Además, se reflejaría la visión que han tenido los miembros del grupo sobre ellos mismos, permitiendo al profesor ver que alumno ha llevado un mayor peso en el trabajo o, en cambio, todos ellos han trabajado de forma igual y coordinada.

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  17. Este método de trabajo me parece una muy buena idea, ya que si no imponemos algunos parámetros a seguir por parte de los integrantes del grupo pasará lo que suele pasar en la mayoría de los grupos de trabajo en alumnos de secundaria, es decir que un par de alumnos hagan casi todo el trabajo y los otros hagan más bien poco. El objetivo que persigue este método es el de desarrollar la cooperación, coordinación, gestión y responsabilidad de los alumnos, por tanto la implicación de cada miembro del grupo es clave para conseguir estos objetivos y debe de haber una evaluación de los componentes del grupo entre sí, para saber si verdaderamente todos se han implicado o trabajado como debían.

    Siguiendo por esta línea, el profesor debería tener muy en cuenta las evaluaciones realizadas por los alumnos de cada componente del grupo y que formaran parte de la nota final del trabajo, ya que esto dotaría de un componente motivacional a los alumnos para hacerlo bien. Es cierto, que se necesitaría una gran sinceridad por parte del alumnado para reflectar en sus avaluaciones una nota que se ajustara a la realidad.

    En cuanto a las sesiones de Educación Física, esta forma de trabajo sería de gran ayuda para el profesor a la hora de evaluar las sesiones propuestas por los grupos de alumnos correspondientes. Serviría para ver cómo y porqué han trabajado de un modo u otro, y que estrategias han utilizado para llevar a cabo la sesión. Además, se reflejaría la visión que han tenido los miembros del grupo sobre ellos mismos, permitiendo al profesor ver que alumno ha llevado un mayor peso en el trabajo o, en cambio, todos ellos han trabajado de forma igual y coordinada.

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  18. Este tema lo llevo tratando desde que empecé la carrera de Magisterio y depende mucho de las formas de trabajo que desarrolla el profesorado de Educación Física pues, esta forma de evaluación, conlleva un proceso continuo de información al alumnado durante las clases, se necesitan elaborar dinámicas de reflexión y autoevaluación, tanto individual como grupal, y debería haber una pequeña entrevista personal profesorado-alumno, en la cual se analizase la evaluación presentada, se clarasen las posibles discrepancias y finalizara con una pequeña defensa de calificación propia.
    La teoría nos la sabemos todos pero, en la realidad, la mayoría del profesorado tiene estilos de evaluación propios de la evaluación tradicional aunque en la actualidad ya existen algunos casos innovadores donde se empiezan a experimentar con métodos de participación del alumnado en los procesos evaluativos. Son propuestas más pedagógicas y formativas. Los profesores tradicionales consideran que pierden el control del alumnado, no confían en las capacidades del alumno para autoevaluarse y piensan que puede haber una falta de honestidad en las calificaciones de los alumnos.
    Bajo mi punto de vista, tanto la evaluación compartida como la autoevaluación, potencian la participación del alumno en su evaluación, sin embargo, la compartida va más allá de la autoevaluación ya que pretende complementarla con la novedad del diálogo entre el profesorado-alumno de manera que todas las valoraciones estén correctamente consensuadas y razonadas por ambas partes. Toda posible disconformidad podrá ser tratada de manera específica para tratar de llegar a un acuerdo afín y justo.

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  19. Cierto profesor nos propuso que leyéramos una crítica a la evaluación tradicional, en defensa de este tipo de evaluaciones, realizado por Fernández Balboa (2005) donde desarrolla una serie de mitos que existen en la escuela en relación con los modelos evaluativos tradicionales (me pareció interesante y me gustaría compartirlo):

    • El mito del “valor pedagógico de las notas”: la nota de examen y de pruebas prácticas no indica lo que se ha aprendido. Las notas, más que pedagógicas son una herramienta con la que se premia o penaliza a las personas; pero eso no es educar.

    • El mito de “la naturalidad de las notas”: Mito generalmente aceptado en la escuela en la que las notas son algo que surge del aprendizaje de forma natural. Sin embargo, las notas son una invención con finalidad puramente administrativa.

    • El mito de “la objetividad de las notas”: Las notas nunca son objetivas puesto que las preguntas de los exámenes son elegidas de una forma subjetiva por el maestro o los poderes ejecutivos.

    • El mito de “la justicia de las notas”: Dado que todos los estudiantes son diferentes con respecto a su punto de partida en el aprendizaje, a sus circunstancias personales y sociales, a sus experiencias y relaciones, etc., tratarles por igual resulta injusto. Hay que tratar a los alumnos con equidad (no con igualdad).

    • El mito de “la meritocracia”: Dentro del contexto de la meritocracia, los exámenes y las notas se utilizan para segregar a los miembros de la sociedad.

    • El mito de “la validez de las notas y los exámenes”: Los métodos de calificación tradicionales tampoco suelen ser válidos puesto que en muchos casos no miden lo que pretenden ni sus resultados se pueden generalizar. Por ejemplo: pasar un examen pero olvidar su contenido tras haberlo hecho.

    • El mito de “la significación de las notas cuantificadas”: Este mito presupone que si la nota es numérica también es significativa; sin embargo, no tiene significación necesariamente en términos educativos. Los números no sirven para valorar el conocimiento, ya que éste (al igual que la inteligencia) es un concepto tangible, ni se sabe cómo se mide el esfuerzo que ha puesto el estudiante.

    • El mito de la “satisfacción por el deber cumplido”: Los sentimientos que normalmente se asocian con exámenes y notas suelen ser sumamente negativos (ansiedad, miedo, torpeza, confusión…). También, se puede llegar a la satisfacción pero es fruto de una consciencia autoritaria.

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  20. En contraposición a todos mis compañeros me gustaría añadir que sobre el papel el método Peer Assessment es muy positivo, pero nos olvidamos de nuevo que, no todo se debe evaluar (o eso nos han intentado meter en la cabeza). Quizás se debería de supervisar lo que los alumnos hacen en cada trabajo grupal que realizan, y eso, bajo mi punto de vista, solo puede suceder si estos trabajos se realizaran dentro de clase, cosa que en muchos casos ya ocurre, por tanto este método tampoco me parece ni tan innovador ni tan rompedor como se pinta.
    También podría haber una valoración respecto a las intervenciones o participaciones de otro compañero, pero esto, ¿no causaría mal ambiente? Vuelvo a repetir que este método solo lo vería factible dentro de las aulas y no fuera de ellas, puesto que ahí, el profesor puede tener un papel guiador y de orden y organización.
    Si lo que se quiere es educar en valores y tener una sociabilización optima y no negativa creo que este sistema se queda cojo, pese a que tiene muchos factores positivos. Pienso que habría que madurar más este sistema para que no quede ninguna grieta en la que algún factor educativo se pudiera escapar.
    En mi opinión, el peer assessment, en las clases de educación física tendrían menos importancia que en otras asignaturas, puesto que hablamos de una asignatura muy practica en la que los aspectos que el peer assessment sostiene o puede tratar a la hora de hacer un trabajo teórico, ya están implícitos en muchas actividades de la educación física.

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  21. Como bien dice mi compañera Sara del Rio, considero indispensable, el conocimiento cercano con una materia para poder impartirla, pero, aún considero, que el conocimiento, con ésta, ha de ser mayor, si lo que quieres es evaluarla. Impartir un contenido, creo que ahí puede pasar más desapercibido nuestro dominio sobre la materia, radicará, en estar mejor impartido o peor… Pero el tema de la evaluación lo veo más complejo, pues es no solo felicitar a la persona que consigue el objetivo, si no en rectificar, corregir y lanzar un feedback positivo, a aquella persona que no lo ha hecho bien.

    No obstante, es cierto, que considero indispensable este método de evaluación, puesto que no solo va enfocado a bajarle la nota al que no quiere aprender, si no en concienciar y motivar al que sí quiere.

    El tutor que está a cargo de mi trabajo en el centro de prácticas, corrige el mal comportamiento del alumno “vago” con dos aviso y un tercero en forma de expulsión del grupo “trabajador”, creando, de esta forma, un nuevo grupo de “vagos”.

    Considero, la metodología que propone el articulo mucho más inclusiva y productiva que la que lleva unos años atrás impartiendo este docente titulado.

    Respondiendo a la ultima pregunta, si que es cierto que el peer assessment, traería problemas si este formase parte de un tanto por cien en la nota individual reflejada en el boletín oficial.

    Esto se debe a las relaciones sociales:
    No va a evaluarme igual mi amigo (a sabiendas que cuenta para nota de boletín)
    que si me evalúa un compañero con el que no ha hecho buenas migas.

    Pero creo que si estipulamos como dice mi compañero Sergio Torres, un contrato de fidelidad, en el que los alumnos se comprometan, estos últimos aspectos debatidos pueden quedar en minucias.

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  22. Los trabajos en grupo es algo que está a la orden del día, ya que desde el plan Bolonia, en las universidades se entregan muchos trabajos y la mayoría son en grupo, por tanto, habría que descubrir nuevos métodos para evaluar porque sí que es cierto que en un grupo no todos trabajan lo mismo y casi siempre se les pone la misma nota.

    Creo que es un método interesante y que se podría estudiar de aplicar, pero creo que también tiene algunas desventajas, sobre todo si se lleva a cabo en institutos o colegios, porque todos sabemos que la adolescencia es una etapa de la vida en la que se quiere ser el centro de atención y en muchas ocasiones se le hace bullying a los otros niños, por tanto, si en un grupo de trabajo, uno de ellos es el que no cae bien a los demás, pero es el más trabajador y realiza casi todo el trabajo, después los otros pueden decir que no ha hecho nada y que le baje la nota cuando no ha sido así. Parece que suene descabellado, pero los adolescentes pueden llegar a ser muy malas personas.

    En general, cuando se hace un trabajo por grupos, todos sabemos, más o menos, quien ha trabajo más, aunque no siempre es así, porque hay gente que le da igual o en el caso de la educación física, por ejemplo, si se tiene que realizar una coreografía, un alumno que no suele participar en clase o que da ideas y no se le escucha, es posible que no sepa quién ha trabajado más o a lo mejor ese mismo alumno ha aportado muchas ideas y no se han llevado a cabo. Aquí hay un problema, porque cómo se puede evaluar eso, una persona que participa, pero que todas sus ideas no son elegidas por el grupo. Obviamente hay unos criterios de evaluación que van a ayudar a esto, pero muchos alumnos no creo que estén preparados para evaluar a los demás ni a sí mismo, porque será muy subjetivo.

    Aun así, es complicado que un profesor pueda saber cuánto trabaja cada uno del grupo y los que mejor pueden saberlo son los componentes del grupo, por esto, es una buena manera de trabajar, pero teniendo en cuenta otros aspectos como los que se han comentado para ue la evaluación sea la correcta.

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  23. En la meu opinió, els treballs grupals son tan importants com els individuals. Està clar que saber treballar en grup va a ser molt important per a la vida diària però el treball individual també. En moltes ocasions anem a tindre que fer les coses per nosaltres mateixa i sense cap ajuda.
    El que vull dir amb açò es que en alguns casos seria millor treballar en grup i en altres, individualment. Per tant, el primer que deuríem de tindre clar es quan fer-ho. En la classe d’educació física deuria de ser molt altern, és a dir, es deuria de treballar individualment i en grup constantment ja que hi han molts esports en els quals necessitem cooperar i col·laborar o treballar pel nostre compte. Inclús, en esports col·lectius on es pensa que el treball grupal és el més fort, també podríem treballar-ho amb individualitat ja que, per exemple, el meu interès i implicació per l’esport pot ser molt diferent al de un altre.
    M’agradaria posar un exemple en la vida diària sobre el treball en grup i individual per a intentar que estiga més clar el que vull explicar:
    En una cuina on hi ha diferents seccions de treball (per exemple quatre), ha d’haver un cuiner per secció. Per a traure correctament el menjar, ha de fer falta saber cooperar i col·laborar entre tots els cuiners, és fonamental, però també has de saber concentrar-te, saber les teues responsabilitats, fer-les amb eficàcia i organitzar-te. D’esta forma, si el teu treball individual es efectiu, podràs efectuar el treball grupal amb eficàcia.
    En quant al peer assessment, en la meua opinió, és fonamental que els alumnes sàpiguen avaluar als companys/-es ja que és una forma de que desenvolupen el seu pensament crític i els puga servir per a la vida diària. En l’exemple anterior, trobe essencial saber el grau d’implicació i treball en el que cada cuiner es troba i aixina poder saber si has de millorar per a poder conservar la feina.

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  24. Estoy totalmente de acuerdo con la mayoría de mis compañeros, ya que en la educación de hoy en día nos encontramos con multitud de trabajos en grupo. Así pues, tampoco es justo que se valore a todos los miembros del grupo por igual. Por lo tanto el Peer Assessment puede tener un papel crucial en la evaluación de los trabajos en grupo.

    Durante mi estancia en prácticas, y como alumno también, vivencie este tipo de evaluación. Por ejemplo en la unidad didáctica de la expresión corporal, el docente dedicaba un porcentaje de la nota a la evaluación de los compañeros. Esta autoevaluación era, una parte evaluación del resto de grupos, y por otra la evaluación de los componentes del mismo grupo.

    La principal ventaja es que puedes conocer realmente que es lo que pasa en el grupo, quienes son quienes trabajan más y realizan más aportaciones, o por el contrario aquellos que no participan dentro del grupo.

    Las críticas llegan cuando la relación entre los componentes del grupo no es buena. Esto llevaría a evaluarse negativamente entre ellos, aunque hubiesen hecho un gran trabajo. Pero también encontramos el otro extremo, cuando un grupo de alumnos se lleva muy bien y se valoran positivamente aunque no hayan hecho nada.

    Aun así, el docente es conocedor de la forma de trabajar de sus alumnos y cuando las evaluaciones entre los alumnos/as determinan que un componente no ha trabajado, pero el docente sabe que no es así, puede emitir un juicio y resolver el problema de otra forma. Por ejemplo, sabiendo que pueden hacer eso, estaría bien establecer como criterios que si se juzgan entre ellos teniendo en cuenta su relación personal y no el trabajo desempeñado dentro del grupo, sufrirán un descenso de la nota final. Parece una amenaza, pero como los alumnos/as están pendientes y velan por sacar la mejor nota posible, puede ser una medida a tomar para poder llevar a cabo el Peer Assessment, que creo que es una muy buena medida de autoevaluación dentro de los grupos de trabajo.

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  25. Previamente a la realización de las prácticas, solamente era un modelo de trabajo que conocía teóricamente, sabiendo cuales eran sus características, los objetivos principales de dicha metodología de trabajo y poco más. Tras realizar las prácticas en el centro educativo y poder utilizar de primera mano esta metodología de trabajo, considero que por un lado es una buena forma de conseguir un buen clima de trabajo en grupo en el que predomina la colaboración, cooperación, asignación de tareas y el aumento del diálogo, pero por otro lado, las autoevaluaciones para conseguir una nota acorde a cada una de las funciones que había realizado cada componente del grupo, se complicaba más.

    A parte de acordar los criterios de evaluación con los alumnos, también se tuvo que especificar con bastante claridad cuáles eran los ítems a considerar dentro de cada uno de los criterios, por ejemplo, “Pablo ha participado en la toma de decisiones”. Esto puede ser muy subjetivo por lo que se tuvo que especificar la cantidad de participaciones hechas acordes a una nota concreta.

    Para ello, para la preparación de éstas autoevaluaciones tomé como referencia un artículo llamado: La evaluación entre iguales, el cual es bastante completo y trata varios aspectos como: la definición y caracterización de la evaluación entre iguales, donde comenta las dificultades y analiza los beneficios que aporta su práctica entre los estudiantes universitarios. Por último se muestran algunas de las estrategias para hacer realidad este tipo de evaluación y se finaliza presentando las principales conclusiones y algunas implicaciones prácticas.

    Referencia

    Ibarra Sáiz, M. S., Rodríguez Gómez, G., & Gómez Ruiz, M. Á. (2012). La evaluación entre iguales: beneficios y estrategias para su práctica en la universidad. Revista de Educación (359), 206-231.

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  26. Los trabajos en grupo son un buen método de trabajo que, además de fomentar actitudes como la cooperación, la organización o la toma de decisiones, pueden ayudar a mejorar el trabajo, puesto que cada uno puede dar su aportación y realizar así un trabajo más completo. Sin embargo, todos hemos estado en grupos donde estas características no se cumplen, donde hay alguien que no hace su trabajo, que no cumple con su tarea y que al final alguien tiene que hacer o rehacer su parte. Aun así, se llevan todos la misma nota.

    Personalmente, pienso que este sistema de evaluación es muy interesante, puesto que fomenta muchos aspectos positivos que los alumnos deben trabajar, como saber trabajar en equipo, gestionar y estructurar el trabajo y sus contenidos o tomar decisiones en grupo, respetando a los compañeros y mostrando empatía.

    Me parece un buen método de evaluación, pero hay que saber trabajarlo bien, y los alumnos tienen que tener unas bases previas necesarias para que se obtengan resultados fiables. Esto es importante para que los alumnos comprendan que esto no sirve para darle la mejor nota a mi compañero, sino para ayudarle a mejorar su trabajo.

    Como ya se ha comentado anteriormente, el aspecto fundamental del Peer Assessment es la coevaluación intergrupal. Y como sabemos, no solo se trata de una calificación, cómo algunos compañeros lo han especificado anteriormente. La gran importancia de este método abarca diferentes aspectos: fomentar la toma de decisiones y la autonomía, implicar en mayor medida al alumnado obteniendo así mejores resultados, utilizar el feedback, reconocer las fortalezas y debilidades, entender otras opiniones sobre el trabajo personal, y sobretodo mostrar empatía, para que el clima de trabajo ayude al progreso del grupo.

    Todo lo comentado anteriormente corresponde directamente con una competencia básica: sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor. Con este método damos respuesta a la normativa actual de la LOMCE, y utilizamos una de las competencias más relacionadas con los criterios de evaluación de la Educación Física establecidos por el currículum de la Comunitat Valenciana.

    Creo que para poder utilizar este método en alumnos que no presentan unas buenas bases, se necesitaría entre tres y cinco trimestres para que su desarrollo y resultados fueran fiables y adecuados.

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  27. Salvador Viñoles Ferri4 de maig del 2016, a les 12:06

    Veig aquest mètode com una bona manera de dotar de major responsabilitat als alumnes. És cert, que podem trobar certs problemes o contratemps que ens farien intervindre.
    Gran que aquest mètode ens dona bastant avantatges, ja que fomenta la cooperació, el treball en equip, però sobretot la implicació entre tots els components del grup.
    Baix el meu punt de vista, el principal benefici és que pots conèixer realment que és el que passa en el grup, qui treballa millor i qui realitza més aportacions, o per el contrari aquells que es mostren menys implicats i amb menys disposició dins del grup.
    No obstant això, les crítiques poden arribar quan la relació amb els components del grup no és bona, açò, portaria a avaluar-se negativament entre ells, encara que el treball per part de tot el grup fos excel·lent. Però també podem trobar l’altre extrem, que és quan la relació entre els companys facilita l’assignació de notes més altes encara que no sigui així.
    No obstant això, el docent és coneixedor de totes i cada una de les característiques dels seus alumnes, d’aquesta manera, podem saber si els alumnes són realistes o si no estan valorant el seu treball de manera sincera.
    D’aquesta manera, les relacions beneficioses podrien ser penalitzades en la nota, ja que el que es busca a partir d’aquest mètode no és que tots els alumnes tinguin notes elevades, sinó que tots simpliquen i tinguin clar que el treball i l’esforç han de tindre una recompensa, i que sobretot el treball en equip necessita una implicació del 100% per part de tots els companys del grup.
    Per últim, dir que també beneficia l’organització i l’estructura, ja que els alumnes, insconscientment s’han de repartir la feina i per tant, han de treballar d’una forma organitzada per complir els objectius.

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  28. Es muy importante fomentar el trabajo en equipo desde bien pequeños, pero como bien sabemos siempre en este tipo de trabajos hay gente que trabaja y se esfuerza más que otras. Para ello el peer assessment es una muy buena forma de eliminar estos desequilibrios a la hora de trabajar y sacarle más jugo a este método de trabajo.
    En mi paso por el grado de magisterio, tenía una asignatura que se llamaba proyecto integrado, que consistía en que por grupos, cada curso teníamos que realizar un proyecto orientado a un tema en concreto. De cada asignatura debíamos realizar diferentes cosas y a final de curso lo teníamos que exponer delante de un tribunal de profesores. Para la asignación de los grupos realizábamos el test Belbin, que te asignaba un rol de trabajo, para que después el tutor de proyecto hiciese los grupos heterogéneos, en cada uno de los grupos cada componente tenía un rol diferente a los demás. Es una herramienta muy buena para hacer grupos heterogéneos donde cada alumno aporta una cosa diferente para que todos juntos hagan un grupo perfecto. Donde quería llegar es a que la evaluación seguíamos el método peer assessment, en cada entrega de informe, realizábamos una autoevaluación del trabajo y nos evaluábamos los unos a los otros siguiendo unos ítems. A partir de esto se hacia la media y se sacaba la nota de proyecto. A veces la verdad es que surgían conflictos, “yo he hecho más que tu y tengo menos nota”, “esos son amigos y se ponen buena nota entre ellos”, pero en definitiva yo lo vi como un componente motivador, todos nos esforzábamos mucho, aun que siempre hay alguna excepción, pero para mí fue una muy buena experiencia, en el que aprendí mucho a trabajar en equipo.

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  29. No parece una mala iniciativa pero quizás de cara a alumnos universitarios como he leído en algún otro post.

    En este caso, la solución más eficaz, en mi opinión, es la de la defensa oral por parte del trabajo en la que es el profesor el que decide quien ha de exponer. De este modo, todos han de implicarse y tenerlo preparado. Si en cualquier caso, la persona elegida no sabe el tema, siempre se podrá identificar quien ha sido la persona poca trabajadora sin tener que damnificar al grupo. En el caso contrario, el resto del grupo siempre podrá aportar para mejorar aún la exposición.

    En cuanto a la evaluación cabe mencionar una de las cosas más interesantes que he experimentado en el Máster y ha sido en la asignatura de IDIIE con Dani Martos. El primer día de clase, sin nosotros saber que estábamos estableciendo nuestros propios criterios de calificación, vino ha hacer la siguiente pregunta: ¿Qué criterios consideráis para calificar como bueno un trabajo?Una primera sesión en la que sin darnos cuenta se estaba llevando a cabo una innovación ya que por primera vez fuimos los propios alumnos quienes escogimos los criterios de evaluación: Actitud reflexiva y participación crítica. Iniciativa y colaboración (Sin saber que lo hacíamos, de otro modo habríamos sido menos exigentes con nosotros mismos pero también menos honestos con el trabajo que hemos de exigirnos y llevar a cabo). Así, una evaluación en la que los alumnos pongan sus propios criterios creo que les hará más consecuentes y comprometidos con los mismos.

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  30. La verdad es que el Peer Assessment es un concepto que no había trabajado hasta que lo hemos puesto en práctica en algunas asignaturas de este máster, pero me resulta muy interesante.

    En mi periodo de practicas sí que realicé un trabajo de cooperación entre alumnos en varios deportes, donde la nota del grupo era para todos igual, pero para no resultar injusto como bien plantea esta entrada del blog, esa nota era solo un porcentaje del total, que yo completaba en relación a mi observación directa.

    En mi caso no pensé en la opción de que los alumnos se evaluaran entre ellos, pero la verdad, si volviera a hacerlo incluiría un apartado para esta opción, porque me parece muy constructivo, dado que ayuda a tener una visión critica del trabajo en grupo, fomentando la objetividad entre los integrantes del grupo, ambos aspectos estos esenciales a mi entender en el comportamiento cívico que buscamos inculcar a los discentes.

    En mi opinión el trabajo en equipo en nuestra asignatura es crucial para la asimilación de según que conceptos deportivos, y si además le sumamos una evaluación entre los alumnos bien estructurada, creo que los resultados pueden ser muy positivos.

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  31. Bajo mi punto de vista, conociendo esta herramienta de evaluación, que consiste en que el alumnado evalúe al resto de sus compañeros que están en su grupo de trabajo, opino que existen mayores desventajas que ventajas.

    Resalto que herramienta provoca que el alumnado sea más crítico sobre el proceso de aprendizaje que tiene sus compañeros y, aprende a valorarlos a partir de la nota. También, creo que esta evaluación en muchas ocasiones puede ser irreal e injusta para ciertos alumnos, puesto que por un lado se favorecerá a los alumnos que tengan más amistades (la evaluación será más positiva) y, por otro lado se despreciará a aquellos que no estén bien integrados o tengan problemas con alumnos que estén en dicho grupo.

    Respecto a la irrealidad, opino que en estas edades todos y cada uno de los alumnos evaluará de una manera u otra dependiendo de la amistad que tenga con dicho compañero.

    Por estas razones, concluyo diciendo que esta herramienta puede ser orientativa para el profesor y utilizarlas en ciertos momentos, pero en ningún momento debería representar un tanto por cien de la nota final del alumnado. Y especificando, en el área de Educación Física, dicha herramienta de evaluación se podría utilizar en algunos momentos en los cuales el profesor opine que es un momento adecuado. Es decir, en situaciones donde el profesor crea que se obtendrá una evaluación objetiva y sea sencillo de realizar por parte del alumnado.

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  32. Abans de res, jo sempre he pensat que quan un professor compartix amb els estudiants la responsabilitat d’avaluar, estos augmenten la seua implicació amb l’assignatura.

    A més, crec que aquesta avaluació pot ser molt productiva per als alumnes, ja que pot millorar el seu procés de aprenentatge ajudant a estructurar-lo, a estimular el seu pensament i el aprenentatge profund i crític i pot convertir-se en un incentiu per a millorar el treball en grup i el propi esforç.

    En concret, el Peer Assesment, pense que pot ser un bon procediment per a contrastar els resultats de l’autoavaluació i contribuir a que els juís dels estudiants sobre el seu propi aprenentatge siguen cada vegada més ajustats, la qual cosa ajuda a desenvolupar la capacitat d’autoavaluació i de aprenentatge autònom a lo llarg de la vida. Igualment, pot oferir una retroalimentació apropiada als companys i la seua pràctica habitual pot beneficiar la productivitat i eficàcia dels grups de treball. Aquesta avaluació pot desenvolupar aspectes valuosos per al món laboral, com competències relacionades amb el treball en equip, la empatia o la valoració del treball tant propi com dels altres.

    No obstant tot això, personalment pense que on més efectiva seria aquesta avaluació, seria en els últims anys de secundària o en la universitat.

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  33. En los cetros educativos hoy en día están muy presentes los trabajos en grupo. La verdad es que es muy positivo trabajar cooperando con otras personas ya que en el mundo en el que vivimos se basa en una sociedad democrática, de diálogo y de cooperación, ya no vale en que uno hable y los otros obedezcan (hablado rápido y mal).
    Dentro del trabajo en grupo hay muchos factores que facilitan ese trabajo y muchos que no. La afinidad, el conocimiento, las relaciones personales, las capacidades individuales, las fomras de ser de cada uno, la naturaleza del trabajo, etc… son factores que afectan directamente al desarrollo del trabajo y son factores con los que tinenen que lidiar los propios componentes del grupo.
    Dicho esto, a la hora de evaluar el proceso grupal y a cada individuo, basándose en el reultado de todos, es interesante reunir la suficiente información para tomar parte con justicia a la hora de evaluar el rendimiento individual. ¿Quién mejor que los propios alumnos van a saber cómo ha rendido cada miembro dentro del grupo? ¿Qué mejor forma de recabar la información de forma más objetiva que el que cada miembro evalúe al resto de miembros?. Por un lado sabes la opinión de cada uno de los miembros sobre el rendimieto de cada uno de los miembros restantes, si a eso le sumas por otro lado la valoración del trabajo grupal, tienes suficiente infromación de diversas fuentes que te permiten crear, a tí como docente, una opinión objetiva sobre lo sucedido sin tener que haber estado presente de forma directa en el proceso de desarrollo y que te permite realizar una calificació justa.
    Para el alumno, el proceso de co-evaluación e smuy enriquecedor. El TFM que estoy realizando se basa en la co-gestión, más concretamente en la co-evaluación que se concreta a su vez en la negociación de los criterios de evaluación y la calificación conjunta. Una las de las herramientas que se usan en estos métodos es la evaluación por pares.
    En este proceso la evaluación adquiere gran relevancia en el proceso de negociación, pues se hace patente la necesidad de ser coherente con la redistribución del poder que se da. De no ser así, si no supone un cambio en lo que es evaluado y cómo lo va a ser, la propuesta entera estaría en entredicho. Consecuentemente, ponemos encima de la mesa la necesidad de adoptar una evaluación alternativa a la tradicional, lo que exige redistribuir el poder y no únicamente adoptar técnicas novedosas. En este sentido, encontramos estrategias concretas y que presentan una coherencia con la participación del alumnado en el proceso educativo, como son la autoevaluación, la evaluación por pares o la evaluación compartida y que, según López-Pastor, González y Barba (2005), provocan mejores aprendizajes.

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