dijous, 14 d’abril del 2016

BRAND BULLYING: La influencia de las marcas.


Hace poco, leí un antiguo artículo publicado en El País muy interesante, acerca del efecto de las marcas y el estilo de vida consumista sobre los niños.


El artículo comenta un estudio reciente de Unicef sobre la vida familiar en Reino Unido, Suecia y España que pone de manifiesto la presión creciente que sienten los padres (especialmente los británicos) para comprar todo tipo de productos a sus hijos (especialmente de marcas conocidas) con el objetivo de evitar que éstos se sientan excluidos en su círculo de amigos.
Este fenómeno se conoce como brand bullying, en el que los padres se esfuerzan por adquirir los artículos que están de moda, para proteger a sus hijos de ser molestados en las escuelas.  El articulo refleja, además, que este temor al brand bullying se agudiza en familias de rentas más bajas.

En el artículo aparecen las declaraciones de un niño británico de 14 años que comenta lo siguiente:
-no importa que vivas en un cubo de basura, si tienes un iPhone, entonces eres aceptado.
Los niños son consumistas porque los padres lo son. Cada vez más, la identidad de las personas la construimos en base al consumo. Los niños piden marcas porque los adultos compran marcas y las valoramos. Los fabricantes juegan con ello. Hay una utilización bendecida de los niños como reclamo de un producto, aunque luego nos echemos las manos a la cabeza por la utilización consumista.
La familia es un factor externo que afecta al comportamiento de compra y sin duda, ha de ser tenido en cuenta por las empresas. Dentro de ésta, los hijos juegan un papel influenciador cada vez más determinante en las decisiones de consumo finales. Incluso, los niños de dos años son capaces de reconocer una marca por sus formas y colores, algo difícil de creer.

El aumento de influencia de los niños puede explicarse por varios factores. Entre ellos, el aumento de familias con cada vez un menor número de hijos así como el poco tiempo que tienen los padres para dedicarle a éstos debido sobre todo a sus trabajos, ahora también el de la madre (hasta hace unos años, la madre solía dedicarse únicamente a las tareas del hogar). Esto propicia un mayor interés de los padres en satisfacer los deseos de los más pequeños de la casa.

Otro de los factores que influyen es, el ya comentado en el texto, brand bullying. La necesidad de sentirse integrado en el grupo de amigos o en el colegio hace que estos niños tengan la “obligación” de poseer lo más reciente en cuanto a modas se refiere (el iPhone, el último ordenador o móvil salido al mercado, la nueva Barbie, etc). El brand bullying unido al poco tiempo que dedican los padres a sus hijos provoca cierto sentimiento de culpa en los progenitores y que éstos acaben cediendo ante las pretensiones del menor.
Los hijos muchas veces tienen un rol de iniciadores en las decisiones de compra dentro de las familias, son los que le dicen a sus padres “papá, quiero esto”, “mamá, quiero lo otro”. Y ya no sólo eso, sino que indirectamente, los padres buscan que sus hijos estén conformes con la compra.
En conclusión decimos que los niños son un sector de la población con gran poder de decisión y que además son muy fáciles de conducir al consumismo. Las empresas aprovechan esta situación orientando la campaña publicitaria hacia este sector. El brand bullying desde luego contribuye a aumentar el poder de decisión de los menores de la casa, pero, ¿hasta qué punto esto es ético? La única forma de frenar la influencia de los hijos es enseñarles y hacerles ver que todo lo que tienen cuesta conseguirlo, y que no por poseer lo último que haya salido al mercado, se es más feliz. 
Los hijos se comportan conforme a la educación que hayan recibido y en este sentido, hacen lo que ven hacer a sus padres.
Probablemente los padres sean los culpables de utilizar la televisión como una niñera para sus hijos y permitir que los niños jueguen a videojuegos por largos periodos, privándolos de aire fresco.
Muchas veces los niños tienen todo lo último que ha salido, con la ley del mínimo esfuerzo, incluso habiendo suspendido todas las asignaturas educativas. De esta manera los niños se acomodan porque no encuentran ningún aliciente para esforzarse ya que todo les viene hecho con facilidad. ¿Qué opináis sobre esta mala influencia de los padres? ¿Pensáis que el 50 % de la educación de los jóvenes tiene que venir dada por las familias? ¿Qué medidas tomaríais en el ámbito escolar?
-Aquí os dejo también un documental sobre la influencia de las marcas:

También existe un libro que habla sobre este tema que puede estar interesante

-Este es el nombre del nombre del libro:





27 comentaris:

  1. El brand bullying no es sino un reflejo más de la sociedad en la que vivimos hoy en día, la cual se basa en el consumismo salvaje, el ocio programado, la banalización de grandes problemas como la pobreza, la injusticia o la destrucción del medio ambiente, caracterizada por una creciente desmovilización social.

    A pesar de que estoy de acuerdo en todo lo expuesto por mi compañero Carlos en su entrada, considero que este nuevo concepto va algo más allá de ser únicamente responsabilidad de los padres, sino de todo el mundo. Incluida la escuela.

    La escuela, y por consiguiente los docentes, los cuales pueden considerarse como el corazón de esta, se ha ido desvirtuando desde hace bastante tiempo, alejándose del ideal por el que fue constituida. La educación de hoy en día fomenta que las nuevas generaciones sigan reproduciendo este modelo de sociedad basado en la competencia y en la economía.

    Las reformas educativas que se van realizando no se establecen sino para que se siga afianzando esta estructura. A pesar de los discursos políticos preliminares donde se aboga por el desarrollo integro de la persona, es necesario pararse a analizar su contenido.

    Los temas referidos a la formación individual y colectiva, el tratamiento de los valores, aparecen ahora como temas transversales en el currículo, que nadie sabe muy bien cómo tratar, insertándolos dentro de las denominadas competencias clave, que antes fueron básicas con la LOE, pero que si algún adjetivo es el que mejor las define es el de blandas. Se pretende poder objetivar y evaluar aspectos que forman parte de la competencia social y cívica, aprender a aprender, conciencia y expresiones culturales… se pretende pues universalizar los valores, por parte de los poderes dominantes por su puesto, quitándoles su contenido y potencialidad crítica.

    Sin embargo, en contra de esto, nos encontramos los Movimientos de Renovación Pedagógica, con la finalidad de recuperar la educación tal y como fue concebida: la educación emancipadora. (I)

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  2. (II) Estos movimientos tienen sus bases en la pedagogía crítica, pedagogía que poco a poco vamos conociendo más y de la que podemos, y moralmente debemos, ser partícipes, mediante la reflexión y las experiencias. Tenemos que recuperar y fomentar esa función tan olvidada por la que fue concebida la escuela: como transformadora social.

    No podemos seguir permitiendo que la teoría y la práctica difieran tanto, que los discursos políticos aboguen por una educación integra y permanente, y que en la realidad esto no se cumpla. La escuela no es solo un lugar donde se deban de aprender unos conceptos y mecanizar una forma de pensar cuadricular y lógica, donde se promueven estos valores de consumismo, de poder económico y competitividad. Como docentes debemos de luchar para que nuestros alumnos dispongan de una educación de verdad, una donde no únicamente se les desarrolla académicamente, sino donde los aspectos sociales y personales están también muy presentes, despertando a las futuras generaciones y originando individuos críticos que produzcan transformaciones sociales.

    Moscoso, P. (2011). Un acercamiento a los movimientos de renovación pedagógica, a partir de las rupturas epistemológicas de los nuevos movimientos sociales. Estud. Pedagóg., 37(1), 255-267.

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  3. Tristemente es un tema que me llama mucho la atención, ya que no solo afecta al sector infantil de la población. Muchos de los adolescentes e incluso muchos de los adultos del mundo en que vivimos, somos afectados por este fenómeno llamado "Brand Bullying" el cual nos perjudica muchísimo, ya que intentamos muchas veces aparentar algo que no somos, para ser aceptados por otros grupos y generalmente por la sociedad. Y los únicos que se benefician son las grandes empresas que son sabedores de este fenómeno e intentan acercarse al público más débil (los niños) mediante los medios de comunicación, ya sea la televisión, radio o la prensa.

    Hoy en día, los niños son clasificados e incluidos por otros grupos según la ropa que vistas, el móvil que lleves, si el calzado es el último diseño que "nike" ha sacado al mercado. ¿Y sabéis porque pasa esto? ¿A quién intentan copiar al hacer esto? Al resto de los adultos que observan, sus propios padres o familiares y como no, sus propios amigos. La sociedad ha provocado que los niños se conviertan en consumistas y pidan a sus padres todo aquello que está de moda, y los padres tontamente suelen tomar las decisiones más erróneas, es decir, comprarles aquello que sus hijos piden. De esta manera, dando a nuestros hijos todo aquello que desean con tanta facilidad, no estamos haciéndoles ningún favor, ya que en la vida real las cosas no vienen regaladas ni caídas del cielo. Y si desde pequeños acostumbramos a nuestros hijos a darles aquello que tanto desean, pueden tener un trauma o verse las cosas muy difíciles al llegar a la adultez y al ver que las cosas cuestan mucho de ganar y que ya no tienen aquello que desean, o que incluso tienen móviles mas baratos, o ropa más barata porque no pueden permitirse acceder a todo aquello a lo que estaban acostumbrados a tener sin esfuerzo.

    ¿Qué consecuencias negativas acarrea el bland bullying? Pues una de las principales contras de este fenómeno es que los niños pierdan la motivación por seguir estudiando aquello que les gusta al pensar que siempre tendrán aquello que les venga en gana. Otra de las contras que surge a raíz de esto es que pierden las ganas de esforzarse por conseguir metas y objetivos en esta vida y pocas cosas llegan a motivarles. Por lo que como respuesta a las preguntas finales de este artículo diré que los padres deberían adoptar otra metodología de educación para sus hijos que les lleve a motivarse y a esforzarse por aquello que quieren para que vean el sacrificio que ello conlleva. Y en cuanto al ámbito escolar se podría implantar alguna asignatura que tenga que ver con la sociedad y sus cambios para que vean y aprendan la dificultad de conseguir las cosas que uno desea. Aunque sigo pensando que mayormente son los padres los principales culpables o principales responsables de que este fenómeno no se extinga. Ya que al fin y al cabo de la educación que reciban nuestros hijos dependerá lo que pase en un futuro.

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  4. El problema no es ni mucho menos de los niños. Los niños son egoístas por naturaleza, pero se les educa para que dejen de serlo. Yo cuando era pequeño también quería tener el último videojuego, las zapatillas de marca, la ropa de marca, lo que veía por la tele... Todos los niños, desde siempre son así, bajo mi punto de vista, aunque algunos pocos se salvan. Partiendo de esta premisa, el problema principal es, sobre todo, de los padres. Son los padres los que deben orientar a sus hijos a consumir aquello que necesiten y que se puedan permitir y no comprar por comprar. Estoy muy de acuerdo con lo que dice el artículo, cuando afirma que los padres compran cosas a sus hijos para paliar una falta de cariño y de esta manera los niños confunden el dinero con el amor. Muchas veces, se oye a padres decir que quieren darle a los hijos aquello que ellos no tuvieron y muchas veces dan cosas materiales, pero les quitan el amor y la compañía.

    En el periodo de prácticas, mi tutor me comentaba el caso de una alumna que tenía en casa problemas financieros, pero aún así, a la niña le habían comprado el iPhone 6 (el cual perdió al poco tiempo). Una vez oí en la tele a la psicóloga Patricia Ramírez decir que a veces hay que dejar que los niños lloren, no darles siempre nuestra atención, porque a veces sólo quieren eso, atención. Y si ya desde pequeños los padres les dan lo que quieran y cuando lo quieran, tendrán el poder sobre ellos para siempre. Además, las cosas que consiguen tan fácilmente y sin esfuerzo alguno no las valoran y ya ves, se pierde el iphone, pero al día siguiente aparece con un móvil nuevo.

    En cuanto al "brand bullying", me parece que es un efecto de bola de nieve que sólo puede acabar cuando se enseña a los niños a consumir razonablemente.
    Las empresas tienen su parte de culpa como incentivadoras del consumismo, pero con una buena educación se puede contrarrestar.

    Me alegra leer que algunos niños en el artículo dicen que les gustaría ver más a su familia y se sienten felices cuando están con ellos. Esto es un indicador muy claro que nos dice en qué tenemos que incidir si lo que queremos es la felicidad de nuestros hijos. Si hay algo que los niños quieren más que los videojuegos, son amigos con los que jugar.

    Parece que les he dado mucha caña a los padres, pero, bajo mi punto de vista, son los que está en primera línea de batalla y la escuela debe reforzar los valores que se enseñan en casa. No queramos que el colegio haga nuestro trabajo, porque ya demasiado tienen con lo suyo.

    Ser padre es complicado y supongo que nos daremos cuenta algún día de ello. Que estas cosas no se nos olviden para cuando llegue el día

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  5. Más que el tema de poseer una marca determinada en los productos que se adquieren, creo que es más relevante el hecho que la evolución y modernización de la sociedad haya conllevado a que cada vez más necesitemos el último producto de moda para sentirnos satisfechos.

    Actualmente, los niños y niñas, cada vez a edades más tempranas, ya poseen las últimas tecnologías que han salido al mercado. Hace años ni se planteaba esta idea. Antes de la modernización del país y por tanto de la aparición de las tecnologías más modernas, los niños y niñas al terminar el horario escolar se iban al parque con sus amigos y compañeros y disfrutaban de largos espacios de tiempo jugando al aire libre sin ningún tipo de aparato electrónico. Esto conllevaba a una mejor socialización y a una menor diferencia de clase social, que desgraciadamente, con el pensamiento consumista que se tiene ahora se ve bastante acrecentada.

    ¿A quién debemos atribuir las principales causas de que esto haya sucedido?

    Está claro que las familias cobran un valor importante en este hecho porque son las que facilitan a sus hijos e hijas los productos que piden, pero si nos paramos a pensar, ¿qué no haría un padre o madre para que su hijo estuviese correctamente integrado en la sociedad? Los padres y madres quieren ver a sus hijos felices e insertos en la sociedad en la que vivimos, y si para ello les tienen que comprar algún tipo de producto determinado, no cabe duda que lo harán.

    El problema va mucho más allá de la familia, es una cuestión social que nos repercute a todos y para poder hacer frente a él, creo que la escuela es la institución adecuada. Des de el contexto escolar es des de donde se puede contribuir a eliminar este tipo de mentalidad consumista y diferenciadora de clase educando y haciéndoles ver a los alumnos que el consumo y la utilización desmesurada de productos lo único que promueve es la separación y disgregación de los miembros de la sociedad.

    Pero no todos están inmersos en esta sociedad consumista, los núcleos más pobres quedan exentos, evidentemente porque no se lo pueden permitir, pero creo que los niños y niñas de las familias menos poderosas económicamente son los que más disfrutan de su niñez. Un ejemplo claro lo tengo en mi ciudad en la que uno de los barrios poblado por gente con menor poder adquisitivo, está copado todos los días por niños y niñas jugando, jugando como en épocas anteriores, con un simple balón, una cuerdo o incluso ningún tipo de material. En ellos hay una gran socialización aunque sí una separación con los niños y niñas de una mayor clase social.

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  6. Creo que el Brand Bullying no es solo una cosa de ahora. Es cierto que al estar viviendo un avance tecnológico tremendo en el que a cada mes sale una versión nueva de cualquier cosa el consumismo se nota mucho más.

    Pero esto ya ocurría hace años. Recuerdo cuando era pequeña y salieron los móviles, los tamagochis y hasta cuando se puso de moda la campana… todos tenían la necesidad de comprar lo que “era guay” y a mi madre solo le salía una frase de la boca, frase que me daba muchísima rabia:- “a mí lo que hagan los demás me da igual” y creo que gracias a esa frase me enseñé a no necesitar las cosas por mucho que la sociedad tratase de crear necesidades.

    Ahora, hace unos meses hablando sobre mi hermana pequeña, mi madre me dijo: - “¿sabes lo fácil que hubiera sido para mí comprarte las cosas y que te conformaras? No hacerlo es lo difícil, y es lo que sabes que tienes que hacer si no quieres tener una hija caprichosa que cuando sea adulta nunca tenga suficiente con nada”.

    En este caso mi madre ha sido un gran modelo a seguir, y si hubiese más padres que diesen este buen ejemplo no tendríamos tanto problema de Brand Bullying.

    En segundo lugar, sobre las medidas a tomar en el ámbito escolar, creo que se deben hacer actividades de concienciación, a través de la visualización de algún vídeo como el que está colgado en el post, o debates que provoquen que el alumno vea las cosas desde otro punto de vista. Evidentemente, este es un problema grave de la sociedad y por tanto la educación tiene la responsabilidad de tratar de combatirlo, ya que es función de la escuela transformar la sociedad.

    Por último, creo que hay un factor que multiplica este problema, las redes sociales. Antes si te comprabas el último modelo de lo que fuese, lo mostrabas a tus amigos o compañeros de clase, y ahora te haces una foto con él, o un "selfie" en Facebook para que todo el mundo vea lo “guay” que eres. Pero los demás no van a ser menos que tú, y todavía menos con la publicidad que tenemos en la tele hoy en día.

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  7. En primer lloc he de dir que estic d’acord amb moltes de les coses que diu el text del blog, però sempre n’ hi ha matisos que al meu parèixer s’han de saber apreciar.

    Responent a les preguntes que es citen al final del text, crec que el paper dels pares es fonamental a l’hora de frenar conductes capritxoses dels seus fills i d’educar-los d’una manera més ètica i moral. Com bé s’anomena, la televisió és la cuidadora infantil de tots els xiquets i xiquetes degut al poc temps que tenen els pares per a poder prestar-los atenció, doncs bé, açò és un gran problema.

    Parlant de la importància que hui dia tenen les marques, reconec que a voltes per a cert tipus de material o d’objectes (bé siguen esportius o per a alguna cosa important) recurrixc molt a les marques, però simplement perquè eixes marques em reporten una garantia i una seguretat que altres no s’han guanyat. Si en un futur tinc l’oportunitat de provar-les i em garanteixen el mateix resultat per un preu més baix, probablement també confíe amb elles.

    Responent a la segona de les qüestions, no pense que el 50% de l’educació haja de vindre de la família; pense que ha de vindre el 100%. Molts pares i mares estan equivocats quan creuen que l’escola és la que va a educar al seu fill, i això és totalment fals. L’educació de cadascú naix a casa, i l’escola és un lloc de convivència on “es posarà en pràctica” eixa educació que t’han donat els teus pares. Per suposat que el paper dels mestres és molt important en l’educació d’una persona, però jo ho veig com una formació complementària que els teus pares no et poden donar per falta de temps o de coneixement. Al fi i al cap, deixem als nostres fills a mans de professionals de l’educació.

    I per últim, trobar unes mesures a l’àmbit escolar és complicat de fer-ho, en primer lloc perquè cadascun es d’un pare i una mare i prendre mesures que agraden a tots és impossible. El que faria es convidar als pares a reflexionar, a fer-los veure que incloure al seu fill en un món consumista és més perillós del que pensem, al cap i a la fi tots anem a morir en ell sinó és per un lloc, és per altre. Per què fer-ho tan prompte? Espereu que els vostres fills creixquen i tinguen una personalitat lo suficientment forta com per a triar el que volen i que no siguen influenciats per ningú, serà aleshores quan estareu formant persones.

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  8. Hoy en día la tecnología es parte fundamental de nuestras vidas. Recuerdo cuando tuve mi primer móvil, era una novedad y todos empezábamos a tener uno en clase. Estábamos en el instituto y la tecnología empezaba a hacerse dueña de nuestras vidas. 10-12 años después comienzo a trabajar y a ver alumnos de primer año de instituto, todos con móvil. Al igual pasa con niños entre 8 y 10 años, ahora observo que es raro incluso que en esas edades no tener móvil aunque sea para comunicarse con sus padres.

    Esta costumbre actual del siglo XXI hace que si un padre decide apartar a su hijo de la tecnología se sienta diferente a la resta de compañeros y amigos. Esto acompañado a la conducta del niño/adolescente a veces sin control, hace que esta falta de teléfono móvil sea utilizada como "marginación" y acabada en bullying. Además, esto acompaña a que los padres que no tienen miramiento, compren las tecnologías más avanzadas a sus hijos para que se sientan importantes, esto también puede ser un arma arrojadiza en cuanto a la marginación del alumno por estos motivos entre los alumnos que lo tienen todo y los que se tienen que conformar con pocas cosas.

    Mi valoración al respecto es que es difícil controlar todo esto desde la perspectiva del padre pero tendríamos que educar a estos para que lo hagan mismamente con sus hijos para que ellos no le den tanta importancia a estos asuntos, que sepan que la tecnología no es tan importante y menos con la edad que tienen. De esta forma, atacaríamos desde la raíz el problema del bullying tecnológico.

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  9. Me parece muy interesante este tema, ya que es un tema de actualidad y algo que puede llegar a perjudicar y que creo que perjudica en la educación de los niños, tanto a nivel personal como académico.

    Cada vez más estamos evolucionando hacia una sociedad consumista, en la que se inventan todo tipo de objetos, necesarios e innecesarios, pero que la gente compra en muchos casos para aparentar más que los demás. Esto pasa con los niños también y de esto trata el artículo. Hay familias que tienen consentidos a sus niños, que les compran todo lo que quieren aunque no se lo ganen y esto lleva a que el niño, sobretodo adolescente, vaya delante de los amigos y quieras lucir lo que le han comprado para que los otros tengan envidia. En muchos casos se consigue y entonces, los otros niños van a pedirlo a los padres, que muchas veces acaban cediendo y comprando lo que quieren.

    Por tanto, esto es un problema de los padres, en muchos casos, porque son ellos mismos los que quieren aparentar y compran a los hijos todo lo que quieren para que puedan “ser más” que sus amigos. En otros casos porque no quieren que sus hijos sean los que no están a la última, ni sufran burlas por parte de los compañeros y acaban comprando lo que los hijos quieren.
    Pienso que esto es un problema de la sociedad consumista, en la que nos venden todo tipo de productos, no solo por televisión y nos hacen creer que son importantes. Mucha gente se lo acaba creyendo y sintiéndose más que los demás y se ríen de la gente que no tiene y se acaba convirtiendo en un círculo. Pero en la sociedad capitalista en la que vivimos es complicado subsanar este tipo de cosas, pero si el gobierno no puede hacer nada, deben ser los padres quienes deben inculcar personalidad a sus hijos y que aguanten sin tener los productos que tienen sus amigos y que aprendan a hacerse fuertes y a ganarse las cosas, sobre todo las importantes.

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  10. El tema de este post es muy interesante, ya que actualmente la gran mayoría de los niños tiene un dispositivo móvil que usa a diario. Además, los niños siempre intentan obtener lo mismo que sus compañeros, es decir, si un compañero sigue una colección de cromos, cualquier niño quiere tener también esta colección, sin pensar en lo que esto supone para sus familias.
    En un primer momento se habla del poco tiempo que los padres/madres ocupan al cuidado de sus hijos, ya que debido a las circunstancias de la sociedad actual, la gran mayoría de ellos necesita tener un empleo de demasiadas horas diarias o incluso tener un pluriempleo para llegar a fin de mes. Debido a esto, los padres y madres tienen menos tiempo para cuidar a sus hijos e intentan compensar dicha carencia comprando a los hijos/hijas todo aquello que les piden.
    Al utilizar medios de comunicación para distraer a sus hijos/as, estos últimos son receptores de grandes cantidades de anuncios que les lleva a pedir a sus padres todo aquello que ven en estas campañas publicitarias para estar a la última moda y ser siempre superior a sus compañeros/as.
    Además, últimamente, con el auge de las nuevas tecnologías, los padres/madres utilizan estas para que sus hijos estén entretenidos. Es por esto, por lo que muchos niños/as de poca edad disponen de utensilios multimedia. Esto unido a lo que comentaba anteriormente hace que los padres/madres sean potencialmente consumistas, dando lugar al llamado Brand Bullying.

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  11. “Consumamos cariño, sentido del humor, ganas de hacer bien las cosas, exigencia, alegría… y evitaremos que ellos queden consumidos por el consumismo” (Goñi & Guembe, 2012).

    Antes de investigar un poco acerca de este fenómeno, nuevo para mí, con carácter de “presión social”, decidí buscar algunos datos numéricos sobre el consumo general de los españoles a lo largo de los años. Así pues, en el Instituto Nacional de Estadística (2009), observé un creciente gasto económico en productos materiales como vestidos y calzados, como reflejan los datos que doy a continuación [Año (€ por persona)]:
    1998 (393) - 1999 (428,29) - 2000 (480) - 2001(509) - 2002 (518) - 2003 (514) - 2004 (535) - 2005 (572) - 2006 (756) - 2007 (768) - 2008 (723) - 2009 (658)

    Lo que me ha sorprendido es la escasa investigación de un fenómeno que es de considerable preocupación social. En bases de datos como Web of Science, introduciendo la palabra clave “brand bullying”, aparecen escasos artículos referidos al tema. Lo mismo ocurre en google académico. Sí que hay algún estudio que refleja la influencia que tienen los niños sobre los padres a la hora de consumir productos (Ebster, Wagner, & Neumueller, 2009).

    Sin embargo, no es necesario investigar para ver lo que está ocurriendo. Solo tenemos que observar a nuestro entorno más cercano, además, muchos de nosotros, estamos más o menos inmersos en una lucha continua y preocupación por el estatus social. Y creo que a todos nos ha ocurrido en cierta medida lo mismo en nuestro proceso de socialización, necesidad de tener para ser aceptados. Como indican Goñi y Guembe (2012), parece ser que carecer de lo que “todos” disponen nos convierte y convierte a los niños, en carne de Brand bullying.

    “No estaría de más que diéramos menos a nuestros hijos, menos cosas materiales y más bienes intangibles, esos que no pesan pero que dan peso personal, como el tiempo, la dedicación, el afecto, la presencia, la educación (…). Si hacemos lo primero, estamos comprando boletos para que se conviertan en déspotas caprichosos; si lo segundo, invertimos en activos convertibles en oportunidades para crecer y madurar” (Goñi & Guembe, 2012).

    Por otro lado, quería mencionar también a la televisión, mediadora entre obesidad y el consumismo. Según Moreno y Toro (2009), consumismo y obesidad están relacionados de manera intrínseca, uno sin el otro no puede existir. Además, estos autores indican que los niños, atraídos por imágenes y discursos televisivos, son parte de una nueva generación que necesita ser estudiada para controlar las posibles consecuencias que puedan traer en un futuro próximo (Moreno & Toro , 2009). En este sentido, creo que televisión y consumismo se alimentan uno del otro y destruyen todo aquello por lo que los educadores, maestros y profesores luchamos, que son los valores morales y educativos. Muchas veces esta situación no nos permite avanzar todo lo que nos gustaría.

    Referencias bibliográficas:

    Ebster, C., Wagner, U., & Neumueller, D. (2009). Children’s influences on in-store purchases. Journal of Retailing and Consumer Services, 16(2), 145–154.

    Goñi, C., & Guembe, P. (2012). Consumidores por el consumismo. IEEM Revista de Negocios, 15(6), 89–90.

    Moreno L, A., & Toro Z, L. (2009). La televisión, mediadora entre consumismo y obesidad. Revista chilena de nutrición, 36(1), 46-52.

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  12. El post del compañero me parece un tema muy interesante, que como bien dice Francisco es raro que no se hayan realizado investigaciones sobre ello. Por otra parte, leyendo los comentarios pienso que estamos poniendo el foco de atención directamente sobre los padres, bien sea porque no prestan atención a sus hijos, por la educación que les dan o porque son los que, al final, les compran los objetos materiales que los niños y niñas les piden. Desde mi punto de vista, todo esto se podría resumir en un “no hay que consentirles todo lo que te piden”, pero verdaderamente, no pienso que la responsabilidad del este tipo de acoso sea, principalmente, de los padres.

    Vivimos en un sistema económico que necesita del consumo para subsistir, sin consumo, el capitalismo no podría existir. Por lo tanto, las marcas necesitan atraer a los clientes de cualquier forma, aunque sea dirigiendo sus anuncios hacia público más indefenso, como lo son los niños. Es por ello que, en mi opinión, tiene que ser la escuela y los institutos donde se trate este tema. Deben ser los centros los que hagan explícitos todos estos problemas, que muestren a los niños y adolescentes que lo que llevan puesto, el móvil que tienen o el ordenador que utilizan, no les hace ser lo que son ni tampoco les convierte en mejores personas o personas más interesantes, y que por lo tanto, el acoso a aquellas personas que no tienen lo que en este momento es moda, no tiene sentido.

    Obviamente los padres tienen que poner de su parte y son responsables de la educación de sus hijos, y por la tanto no deberían consentir todo lo que los hijos les piden en cada momento. Pero a ellos tampoco se les educó para que vieran de forma crítica los anuncios de la tele o que se fijaran en la cantidad de spots y eslóganes a los que estamos sometidos en cualquier momento del día, y mucho más ahora con internet. Por lo que, cuando un hijo o hija les pide algo porque todos sus amigos lo tienen y, encima, lo dejan de lado porque él o ella no lo tiene, es comprensible que el padre o la madre ceda y acabe comprándolo. Desde la escuela se tiene que educar en la visión crítica de los anuncios, de la moda, del consumismo y del capitalismo en general, para que sean ellos los que acaben decidiendo si quieren o no quieren comprar “X” producto.

    Por otra parte, también desde la escuela, se debe fomentar la educación emocional y la educación moral, con las que conseguiríamos evitar muchos casos de acoso ya que se mejorarían aspectos como la autoestima y la empatía, que son elementos claves en los casos de bullying (Martorell et al. 2009) (Cortell y Escudé, 2004). Además, tanto los agresores como los que sufren el acoso, muestran bajos niveles de inteligencia emocional (Garaigordobil y Oñederra, 2015), por lo que esto confirma que una educación emocional en los alumnos, podría mejorar este problema que se encuentra en tantas ocasiones en las aulas y que en muchas ocasiones, se pasa por alto.

    Martorell, C., González, R., Rasal, P. y Estellés, R. (2009). Convivencia e inteligencia emocional en niños de edad escolar. European Journal of Education and Psychology, 2(1), pp 69-78.

    Garaigordobil, M., & Oñederra, J. A. (2015). Inteligencia emocional en las víctimas de acoso escolar y en los agresores. European Journal of Education and Psychology, 3(2). http://doi.org/10.1989/ejep.v3i2.63

    Collell, J., y Escudé, C. (2004), Rol de les emocions en els processos de maltractament entre alumnes. Àmbits de Psicopedagogia, 12, pp 21-26. (Original en lengua catalana)

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  13. Es cierto que en relación con el post que ha publicado nuestro compañero, se habla más en el día a día entre las familias o con el contexto más cercano, que lo que se ha hecho desde una perspectiva investigadora que estudie este tema de manera más científica, es decir, es cierto que existe una pobre oferta de textos e investigaciones al respecto.

    Desde una perspectiva subjetiva, creo que una posible solución ante esta situación de consumismo exacerbado (creo es la principal causa y motivo de los problemas derivados que protagonizan el anterior post) que puede concluir con problemas severos de Bullying, como el mencionado Brand Bullying, dentro de las escuelas, puede verse reducido en gran medida si se tienen estos aspectos en cuenta al dar y recibir la educación desde el seno del hogar. Esta vez sí creo que la escuela debe cumplir aquí un papel posterior a lo trabajado en casa. Creo que la concienciación ante este hecho debe de partir desde el seno de la familia y reencaminar a nuestros jóvenes hacia una opción no consumista de la sociedad, por que hay que destacar que cuando somos jóvenes somos avariciosos por naturaleza, eso no lo podemos evitar, pero si podemos reeducar este sentimiento ya que más adelante puede acarrear consecuencias negativas como ya estamos viendo.

    Es cierto que en nuestros jóvenes tiene mucha influencia las opiniones y comentarios de los compañeros de escuela, pero, creo que en mayor medida estas situaciones se ven producidas por los mensajes subliminales (o no tan subliminales) que transmite la televisión y los cánones de belleza y el consumismo devorador propuestos por todos los medios de comunicación en general.

    El papel de la escuela puede verse delimitado en este aspecto a romper con las transmisión de estos valores consumistas, a promover prácticas que realmente estén relacionadas con las actuales asignaturas morales y cívicas (que tanto tiempo quitan a nuestra querida E.F.). Es decir, el tratamiento con los más jóvenes debe iniciarse desde el seno familiar y verse continuado con los valores que se trabajan desde la escuela.

    El problema principal de cara al futuro es que veo que nuestros jóvenes se están encaminando a trabajar y conseguir objetivos únicamente bajo recompensas, es decir, sólo van a esforzarse por aquello que piden sus padres si posteriormente son recompensados con regalos de marca y objetos electrónicos (por ejemplo) que no necesitan, pero que desean tener por ser aceptados y no estar desconectados del resto de compañeros o amigos que ya cuentan con ello.

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  14. El post publicado por el compañero Carlos, me parece un tema muy interesante además de ser un tema de actualidad a la que la sociedad en general y el ámbito escolar como más particular se enfrenta a diario, además parece que lo dejamos pasar como algo normal.
    Digo esto porque cronológicamente, en primer lugar cuando yo estudiaba la educación secundaria obligatoria, los dispositivos móviles no tenían relevancia, el consumismo y la moda no estaban tan presentes en lo chicos y chicas de ESO.
    Comparando esto con mi periodo de prácticas de la carrera, ya empecé a observar comportamientos extraños, las clases no eran una piña sino que habian distintos grupos dentro de las mismas y si que se podía ver como cada uno de ellos vestían o se comportaban de forma diferente.
    Seguidamente, en este último periodo de prácticas del máster ya fué donde vi que los alumnos eran como marionetas de las marcas y del consumismo, llevan móviles de más de 700€ de valor, increíble. Ah y no se separan de ellos ni durante la clase de educación física.
    En respuesta a un comentario anterior, es verad que tiene mucha influencia las opiniones y comentarios de los compañeros de la escuela, que trasmite la televisión. Creo que es un gran problema de car a al futuro de nuestros alumnos y que o que hay que fomentar son los debates, las opiniones personales de temas de actualidad y sobretodo que cada uno forje su propia opinión. Somos seres humanos.

    Albert Einstein dijo: "Temo el día en que la tecnología sobrepase a la humanidad. Entonces tendremos una generación de idiotas"
    Por otra parte, estoy de acuerdo cuando se dice que uno de los problemas de cara al futuro es que los jóvenes se guían por los objetivos con recompensa, ya que o hacen por el mero hecho de obtener algo materia no porque les apetezca o simplemente porque se sientan motivados a ello.
    Cuales pensáis que son objetivos que se deberían plantear los educadores respecto a estos temas? Pesáis que aún estamos a tiempo de reparar estos errores?

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  15. La veritat que em sembla un post realment adequat, en un tema que possiblement creguem que afecta prou a l'escola. El consumisme i tots els seus valors estan dia a dia dins de les nostres aules, on els alumnes són exposats a la competició dia a dia enfrontant les seues notes unes contra les altres.
    El capitalisme continua dins de les nostres aules, el consumisme i la competició caminent amples pels corredors dels nostres instituts, col·legis i demés centres. I la raó no és atra que les malaurades lleis educatives que patim els actors principals de l'educació del nostre país, els alumnes. Des de l'arrivada de la democràcia no ha habut cap llei que no afavoreisca la competició i resalte el pes de l'educació en un número. a més, amb l'arrivada de la LOE i la LOMQE, més encara, amb la imporisició de les nomenades competències bàsiques.
    Totes aquestes lleis, sumades al gran mediatisme que patim per, com diuen els companys anteriors, les noves tecnologies i xarxes socials, provoca en la societat un fam de consum per tot allò que veuen sense saber si realment serà profitós per a la seua vida.
    L'educació és influent en la societat, i crec que és una cosa a canviar, o a més, ensenyar a ser competitiu dins d'una societat totalment capitalista, que intenta per damunt de tot que els diners et porten la felicitat.

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  16. El post publicat per el company Carlo és molt interessant i digne de reflexió, al igual que els comentaris posteriors que analitzen aquest fenomen que afecta a pares i fills. La por dels xiquets i els adolescents de ser rebutjats per el seu grup per el fet de no dur la roba de la marca de moda o la tecnologia de última generació en el mòbil ens incita a pensar fins quin punt pot arribar aquesta societat de consum compulsiu i com s’aprofiten algunes marques d’una situació de dolor que generen els xiquets o adolescents i que s’estén fins als pares, els quals, menejats per un sentiment de culpabilitat fan el que siga possible per a intentar complaure el desig dels seus fills.

    Açò es un assumpte que s’ha d’acabar, hem d’observar com adults les nostres pròpies conductes i assumir la nostra responsabilitat com adults per frenar aquesta barbaritat. Si als nostres fills els deixem pensar que el més important es aparentar un estatus social coste el que coste, els estem inculcant uns valors que de res els serviran en el seu futur ja que aquest es un pensament summament materialista i superficial.

    Es difícil realitzar canvis quan tota la societat va en una mateixa direcció, el consum, però aquest problema de valors, que al meu parèixer és el que és, només es resoldrà amb una educació en valors que frene aquesta necessitat de consum per a ser acceptat.

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  17. La verdad que como dicen todos mis compañeros este post es muy interesante, sobre todo para futuros docentes, para ver a qué tipo de niños/as daremos clase en unos años y para reflexionar sobre aquello que podemos hacer.

    Es cierto que cada vez le damos más importancia a las marcas, nosotros mismos también, no podemos negar que la publicidad nos influye. Compramos objetos innecesarios, ahorramos para comprarnos un móvil que pueda hacer de todo, preferimos que nuestra ropa sea de tiendas conocidas y no del “mercaillo”, etc. Por tanto, dar ejemplo en este aspecto no es tan fácil. Hay profesores/as que dirán a sus alumnos/as que las marcas no son importantes o que no te hacen más feliz, pero luego verán a esa misma persona con un móvil o un coche de gama alta y entonces sus alumnos/as pondrán en duda sus palabras.

    Por otra parte, desde las familias como ya hemos podido leer la situación no va mucho mejor que en la escuela. Éstas consienten porque si no creen ser malos padres y madres. Creen que sus hijos/as merecen lo mismo que todos los niños y niñas y por ello tienen que adquirir lo que los demás tengan. Regalos y obsequios que se ofrece al alumnado sin pedir nada a cambio. En otros casos pidiendo notas a cambio, pero ¿acaso el estudiar se tiene que pagar con premios?

    Realmente es una situación difícil de resolver. Creo que desde la educación formal podemos actuar de cierto modo. En primer lugar, podemos hacerles reflexionar y que se den cuenta de cómo nos manipula la publicidad y trabajar sobre ello. Es decir, apostar por una educación crítica que les haga pensar sobre la sociedad y los problemas de hoy en día.

    Y en segundo lugar, creo que el Ministerio de Educación debería tomar algunas medidas para todos los colegios e institutos, unas normas básicas y comunes para todos. Por ejemplo, siempre he pensado que sería una buena idea que en todos los centros se llevase uniforme, ya sea público, concertado o privado. La educación debe ser igualitaria para todos, y sería una forma fácil de evitar la discriminación según la ropa que lleves o las marcas que no lleves, nadie dejaría de lado a nadie por llevar la ropa vieja o reusada.

    En conclusión, creo que es difícil cambiar este ritmo de vida consumista. Desde la docencia deberíamos pensar siempre qué podemos hacer para solucionar un tema que nos preocupa. Está claro que un profesor no va a cambiar al mundo entero, pero si al menos sus alumnos crecen planteándose las cosas y no conformándose con todo, creo que su lucha habrá valido la pena

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  18. Salvador Viñoles Ferri24 d’abril del 2016, a les 21:00

    Creo que los grupos interactivos son una apuesta firme para el futuro docente. Se trata de una metodología en la que los alumnos pueden interactuar, intercambiar vivencias y trabajo codo con codo hacia unos objetivos. Bajo mi punto de vista se trata de una oportunidad para dejar a un lado los aprendizajes monótonos y basados en el aprendizaje individual.
    En mi período de prácticas lo hemos puesto en práctica y como bien ha dicho mi compañero Joan, es una metodología que también puede derivar en ciertos problemas. No todos los niños son iguales, no todos trabajan igual y no todos tienen el mismo interés en aprender. Por tanto, creo que este es el pequeño problema de los grupos interactivos, que muchas veces vamos a encontrarnos dificultades porque el ritmo de trabajo no es el mismo en todos los componentes del grupo.
    No obstante, también lo podemos ver como una oportunidad de motivar a aquellos alumnos que les cuesta un poco más trabajar.
    Durante mi etapa en magisterio pude comprobar esto de primer mano, ya que algunas sesiones se realizaban a través de aprendizajes interactivos y que tenían como resultado lo comentado anteriormente. Grupos en los que todos los componentes participaban y aportaban su granito de arena y grupos que en los que solo trabajaban dos componentes.
    Por tanto, es tarea nuestra ir adaptando poco a poco esta metodología de realizar las clases, una metodología que aun no sabemos si es efectiva en todos los aspectos.

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  19. Salvador Viñoles Ferri24 d’abril del 2016, a les 21:03

    El brand bulling es una fenómeno que creo que creo que poco a poco y por desgracia va a ir creciendo. Todos sabemos que actualmente estamos encauzados en una sociedad consumista, que necesita tener todo aquello que desea para ser feliz. Y cuando me refiero a ser feliz, no me refiero a sentimientos, sino a objetos materiales. Muchas veces necesitamos unas zapatillas, una camiseta, un móvil o una consola para ser feliz, y si nosotros que somos adultos lo necesitamos, los niños aun más.
    Estamos enseñando a nuestros pequeños a no valorar las cosas, a tener todo aquello que quieren sin apenas esfuerzo y estos, a la larga se ve reflejado en la escuela. Como sus padres se lo han consentido todo, cree que en la escuela también tiene plenos poderes para conseguir todo aquello que desee e incluso sentirse más importante que sus compañeros.
    Si nos fijamos, los líderes de una clase siempre son aquellos niños que van siempre a la última, por tanto, muchos padres también se ven obligados a “malcriar” a sus hijos para que estos en un futuro no se vean desplazados.
    Los efectos negativos están claros: fracaso escolar, abandono de la educación o incluso bulling. Estos niños creen que toda la vida será igual, i que siempre tendrán todo aquello que quieran, pero eso no es así. Todo en esta vida requiere un mínimo esfuerzo pero si desde pequeños enseñamos a nuestros niños a no esforzar-se, posiblemente tengamos un problema en el futuro. Las comparaciones son muy odiosas y más entre los niños.
    Pero quien tienen la culpa, los padres o las empresas? Bajo mi punto de vista creo que está claro. Las empresas hacen sus trabajo, que es comercializar su producto, pero los padres tienen el poder de decir si compran o no, por tanto, si creamos un niño con estas perspectivas es porque nosotros somos así y no hemos enseñado a nuestros alumnos a valorar todo aquello que tienen.

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  20. Los padres deben prestar una mayor atención en la educación de sus hijos, ya que los niños son los futuros consumidores, por lo que las empresas empiezan a inculcarlos desde una edad temprana y siguen mientras son jóvenes.
    Si los padres no prestan atención de estas necesidades educativas de sus hijos, cuando son adultos y están dispuestos a demandar y comprar productos ya están totalmente introducidos en el mundo de la publicidad. Las empresas no miran si afectan o no a los niños, sino que ellos hacen simplemente su trabajo que es elaborar un anuncio e intentar vender su producto a los consumidores. Las corporaciones tienen dos objetivos los cuales son maximizar los beneficios y la cuota de mercado. A estos objetivos se le suma a estrategia que tienen estas corporaciones que es: la población. Las corporaciones intentan que los consumidores demanden un producto que no sea de primera necesidad pero que se convierta en uno de ellos. Intentan que la sociedad se centre en productos que son inútiles en la vida pero que se conviertan en consumidores mecánicos y lo compren como otro cualquier producto más necesario que ese, por ejemplo, la moda. Además, las tecnologías y los avances, hacen que hoy en día los niños puedan ver la televisión y observar los anuncios y al no ser personas adultas desarrolladas creen que todo lo que ven deben comprarlo, por ello se dice que desde la infancia nos intentan moldear, porque desde que somos pequeños nos intentan integrar en la sociedad de la publicidad y los anuncios y que quedemos, por decirlo de alguna manera, “hipnotizados” y a veces dependientes de esos productos.

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  21. Mentre hi ha països en els quals les seues preocupacions estan relacionades en la supervivència o en necessitats primàries, nosaltres tenim problemes del primer món.

    El que vull dir amb problemes del primer món es veu dia a dia reflectit en aquesta societat del consum. Ens preocupa no tindre el millor mòbil, ens angoixem si tenim un cotxe vell o si portem roba que ja no està de moda és a dir, problemes del primer món
    Des de l'educació física hauríem de fer reflexionar als alumnes sobre la importància de valorar el que tenen i entendre que hi ha xiquets en altres països que no tenen ni pilotes en les classes d'educació física.
    Una proposta per a tractar aquest tema seria crear alguna UD on elaboraren el mateix material amb materials alternatius i reflexionarem sobre com ens afecta la societat de consum.

    També us recomane el vídeo IDIOTS que podeu trobar a YouTube que ens fa reflexionar sobre el consumisme tecnològic.

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  22. La família és un factor extern que afecta el comportament de compra i sens dubte, ha de ser tingut en compte per les empreses. Dins d'esta, els fills juguen un paper influenciador cada vegada més determinant en les decisions de consum finals.
    L'augment d'influència dels xiquets pot explicar-se per diversos factors. Entre ells, l'augment de famílies amb cada vegada un menor nombre de fills així com el poc de temps que tenen els pares per a dedicar-li a estos degut (sobretot) als seus treballs.

    Açò propícia un major interès dels pares a satisfer els desitjos dels més xicotets de la casa. Un altre dels factors que influeixen és, el ja comentat als anteriors comentaris, brand bullying.

    La necessitat de sentir-se integrat en el grup d'amics o en el col·legi fa que estos xiquets tinguen l’ "obligació moral" de posseir el més recent en quan a modes es refereix (l'iPhone, l'últim ordinador o mòbil eixit al mercat, la nova Barbie, etc).

    El brand bullying unit al poc de temps que dediquen els pares als seus fills provoca un cert sentiment de culpa en els progenitors i que estos acaben cedint baix les pretensions dels menors.

    En conclusió diem que els xiquets són un sector de la població amb gran poder de decisió i que a més són molt fàcils de conduir al consumisme. Les empreses aprofiten esta situació orientant la campanya publicitari cap este sector. El brand bullying per descomptat contribueix a augmentar el poder de decisió dels menors de la casa; però, ¿ fins a quin punt és ètic? L'única forma de frenar la influència dels fills és ensenyar-los i fer-los veure que tot el que tenen costa aconseguir-ho; i que no per posseir l'últim que haja eixit al mercat, s'és més feliç.

    Jose Manuel Perales Andani

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  23. Estamos sumergidos en una sociedad del consumo que hace mucho daño sobre todo a las generaciones más jóvenes y cada vez más.

    Ahora todo el mundo debe de ir a la moda y a las personas adultas como que nos da un poco más igual, pero para los niños esto es un peligro ya que no tienen la suficiente personalidad y caen en este consumismo que les convierte en esclavos de la moda. Se piensan que por ir a la última en todo son superiores a los que no lo son y excluyen a estos. Es aquí donde se produce el brand bulling, y todo esto gran parte de la culpa la tienen los padres, dejando y consintiendo que sus hijos tengan todo lo que quieran, y esto muchas veces también ocurre porque los padres quieren presumir delante de los demás que sus hijos van a la última. Y lo que están creando son seres mal criados que después llegan a la escuela y se piensan que se les va a consentir lo mismo que les consienten sus padres, es cuando aparecen las malas conductas dentro del aula. Todo esto es un bucle del que los padres tienen la llave para salir de él, educando mejor a sus hijos, porque en las familias también recae gran peso de la educación, no solo en las escuelas.

    Debemos de educar a los niños/as desde bien pequeños para que no caigan en este tipo de síndromes, que lo único que hacen es manipularlos y esclavizarlos en una sociedad de consumismo, en la que la felicidad es un espejismo.

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  24. Aquest post em pareix molt interesant donat que aquest abús publicitari que sofreixen els mes menuts te la seva repercussió en les aules, en els conflictes entre alumnes i en les frustracions que aquests senten.

    El brand bullyng no es mes que un reflex de la societat consumista en la que vivim, on sols importa que la societat t´accepte, coste el que coste. Si açò fora cosa d´adults, fins a cert punt es podria entendre, donat que cada ú es responsable dels seus actes. El problema ve quan els afectats son menors, persones que per la seua edat no tenen la maduresa mental adequada per a decidir que volen o que necessiten, i tan sols es guien per les influencies externes.

    Es molt important que com a futurs docents siguem conscients de que els alumnes que tenim a l´aula son en part responsabilitat nostra, i hem de ser capaços de advertir e identificar en aquest cas les possibles conductes disruptives d´alumnes envers altres alumnes que tinguen que veure en discriminacions per temes materials, com burles per la roba que du un xiquet, la motxilla, etc.

    Es inevitable que aquest tipus de conductes o discriminacions apareguin en un aula, però està en les nostres mans fer entendre als alumnes que els bens materials tenen una importància relativa, i que els alumnes deuen de valorar als seus companys per la seva personalitat, tractant-los sempre amb el respecte que es mereixen.

    Per concloure, em reafirmaré en l´idea de que a mes de l´entorn de la família, està en les nostres mans educar en uns valors positius per a formar a unes persones critiques i responsables.

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  25. En efecto, el brand bullying es un problema real. Y es una consecuencia, como bien dice la compañera Beatriz, de la sociedad actual, y del modelo consumista que se ha adaptado de manera global. La adaptación a este sistema depende en gran medida del control que podamos adquirir para diferenciar entre: "lo quiero" y "lo necesito". Sin embargo esto ha de ser llevado a cabo sobretodo por los padres, ya que un docente poco puede hacer. El papel que hemos de tomar en cuanto a este problema ha de ser respecto a las conductas de rechazo hacia aquella parte del alumnado que no esté "a la última" en cuanto al último gadget, o utensilio que se haya puesto de moda.

    Es importante identificar los problemas, y no hacer caso omiso si se observan conductas negativas por culpa del brand bullying. Mediante el departamento de mediación, y la información en las tutorías de clase, hemos de informar al alumnado de los problemas que puede acarrear una situación así, e intentar llevar a cabo un esfuerzo conjunto para solucionarlo.

    Sin embargo, como he señalado anteriormente, el 90% de la potestad sobre este asunto la tienen exclusivamente los padres y madres. Estos han de educar de tal manera que el consumismo no se convierta en la religión de sus hijos, ni de ellos mismos. Para esto hemos de ser conscientes de qué necesitamos realmente. No todo lo que aparece en la publicidad de los medios de comunicación es imprescindible, aunque así sea como lo venden.

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  26. Interessant Post pel company Carlos. Avui en dia tota la nostra societat està actualment envaïda pels diferents Mitjans de comunicació: és una societat totalment mediatizada i no podem donar l'esquena a aquest fet. Molts són els Mitjans de comunicació i de diversa índole, amb les seues característiques comunes tots i amb les seues peculiaritats cadascun, però crec que és evident que l'Escola com a tal, està molt lluny del ritme que segueix la sociedada.
    Aquests mitjans creen conductes i comportaments que la societat íntegrament assumeix, a voltes amb excessiva passivitat, mostrant els mitjans una clara manipulació sobre els individus; pel que pense que la labor de l'Escola a dia d'avui i de cara al futur ha de passar per integrar aquests mitjans en si mateixa, no solament aprendre les seues regles, els seus codis i saber interpretar els missatges que ens envien els diferents mitjans, sinó per a crear individus realment crítics que siguen capaços de discrepar entre informació vàlida i informació no vàlida, evitant així la manipulació a la qual per part de tots els mitjans estem sent sotmesos.

    A part d'intentar crear aquests individus crítics que eviten la manipulació, nosaltres, com a futurs docents hem d'ensenyar a l'alumnat a crear missatges en els diferents mitjans, i sobretot han d'utilitzar els mitjans en les aules, perquè l'educació no semble alguna cosa extern a la societat, de manera que aqueix ús es normalitze i quede generalitzat, i no siga com alguna cosa estrany, extern a l'educació, que pretén entrar en els centres i que no té cabuda.

    Jo crec que el professorat ha d'estar ben format per a açò en temes relacionats amb els Mitjans de comunicació, així com també els pares; i que les diferents Administracions Educatives doten de recursos econòmics als centres, i d'hores assignades específicament a aqueixa formació, i no com a activitats extraescolars o complementàries, sinó que s'arrepleguen de manera objectiva en els currículums dels diferents nivells educatius de manera progressiva.

    Finalment, dir que és un treball conjunt que requereix l'esforç de tots, encaminant l'escola actual cap a una escola del futur, una escola de qualitat, i sense incloure aquests Mitjans de comunicació el que tindrem serà una educació ancorada en mètodes, continguts, objectius i materials curriculars d'èpoques ja passades.

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  27. En cuanto al articulo que encontramos en el diario el País :
    http://elpais.com/diario/2011/11/21/sociedad/1321830001_850215.html

    Es evidente que el problema del “Brand bullying” esta implantado en nuestra sociedad y que debido a los intereses que genera no se quieren ni se pueden paliar de un plumazo.

    “Unicef alerta que la trampa consumista es mayor entre las rentas modestas”

    Donde interpretamos que los padres tratan de ofrecer a sus hijos todo lo que este en su mano para poder ser aceptado en su estatus social y/o poder aparentar.

    De esta forma los padres son los que inculcan a sus hijos el factor diferenciador de las marcas y son los que necesitan ser conscientes de este problema social.

    Como dice Inma Marín: "Los menores deben saber que se les quiere por ellos mismos"

    Considero que la familia es el pilar fundamental, es donde se tiene que forjar los valores del niño y por lo tanto donde se debe dejar crecer la propia personalidad del niño, para así saber anteponerse a cualquier comentario o situación en la que se encuentre, ya sea de forma negativa como positiva, saber restar importancia a la marca y su significado social.

    "Hay que dejarles claro que lo material va a ser siempre un acompañamiento, pero nunca, nunca, va a ser lo suficiente", recalca Marín.

    En cuanto a nuestra labor como docentes debemos guiar a que nuestros alumnos sean críticos y sepan discernir entre la superfluidad de las marcas y las personas.

    Hemos de saber fomentar en el aula la verdadera importancia del compañerismo y la amistad, a través de un mensaje de igualdad de trato a todos y cada de los alumnos del grupo.

    Por lo tanto a modo de conclusión tenemos que el riesgo de sentirse excluido hace estragos en la población juvenil, crea complejos, pero también causa un daño enorme en los padres. Por lo tanto tenemos la siguiente cadena:

    - Los padres sufren al ver a sus hijos repudiados por la mayoría. Se sienten responsables y el cargo de conciencia no les deja vivir. Es preciso satisfacer sus deseos. De forma consensuada, deciden tomar cartas en el asunto.
    - Pero esos productos y planes son muy caros. Para conseguir el dinero que permita sufragar esos extras hay que trabajar el doble. No importa: el sacrificio por los hijos merece la pena. Se trata de alcanzar el estatus.
    - Como se trabaja mucho, hay menos tiempo para pasarlo en familia. ¿Solución? Compensar los déficits afectivos con más regalos, con más consumo.
    - Si a estas variables le sumamos una más, las parejas separadas, se produce la tormenta perfecta. El padre suple el desencanto infantil y su ausencia con regalos. La madre se ve obligada a contrarrestar los caprichos del papdre despechado con presentes a la altura. O viceversa.
    - Ya estamos inmersos en una tramposa espiral perversa y autodestructiva: en el fondo, no es eso lo que quieren los hijos. Aunque externamente parezca lo contrario, prefieren a sus padres. Quieren afecto antes que juguetes, tiempo más que logos.

    En este sentido, el vídeo que ha difundido IKEA para estas Navidades es sublime: la tecnología o unas zapatillas deportivas de marca jamás podrán suplir el cariño.

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